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Por: Melvin Javier Soto
Tegucigalpa, Honduras.
La noche del 19 de diciembre del 2015, será una fecha que el pueblo y la afición de la ciudad de El Progreso, Yoro, jamás podrán olvidar. El nombre de Héctor Castellón y Mariano Acevedo quedara grabado en miles de seguidores, que saboreaban después de una definición en tanda de penales, como se rompía la historia en el futbol hondureño.
La hazaña empezaría a cobrar vida desde tempranas horas, en donde los aficionados de los equipos de la final, Honduras Progreso y Motagua, llegarían al estadio a reventar, Humberto Micheletti y harían una fiesta futbolística de hermandad y alegría.
Los dos cuadros saldrían con sus mejores, los técnicos Héctor Castellón y Diego “Barbie” Vásquez no se guardaron y mandaron a la cancha a sus mejores hombres en sistemas de ataque.
La recompensa vendría para al minuto 5 para la visita, un desborde por la izquierda Omar Elvir filtro un balón para Santiago Vergara y su centro fue encontrado de rebote, por el juvenil Kevin López, que vencía al meta Woodrod West, ante la algarabía para unos y la tristeza para otros.
Motagua tenía hambre de gol, en una pelota filtrada de Reynaldo Mallorquín, al delantero Eddie Hernández, que se quito con el cuerpo y su fuerza, al capitán Jorge Zaldívar, pero su remate salió a escasos metros del pórtico local.
Vendría una de las jugadas claves del encuentro, de nuevo un balón perfecto a las espaldas de Dilmer Gutiérrez por parte de Irving Reyna, encontraría a Hernández, quien solo y su alma, estrellaría el esférico en el horizontal, existían los milagros en El Progreso.
Un minuto después, en el 32 de la historia un centro de José Cardona, seria cabeceado por el jugador Carlos Sánchez, que desviaría en propia meta, con tan mala suerte Henry Figueroa, para batir al portero Marlon Licona.
Fue un partido de ida y venida, por ambos equipos, que dieron un verdadero espectáculo a los aficionados a nivel nacional, Honduras Progreso metía presión con sus “bajitos” Franklin Morales y José Cardona. Mientras, que Motagua era dueño del balón por medio de su conductor y uno de los mejores extranjeros del torneo, Santiago Vergara.
Llegarían los tiempos extras, Motagua a través de Irving Reyna dio un susto en el estadio, al rematar un derechazo impresionante desde afuera del área, en el fondo de manera excepcional, West atento sacaba el balón al tiro de esquina.
Pero, no todo es bueno en el futbol, la polémica de la noche, el árbitro Armando Castro seria protagonista al invalidar un gol licito al jugador Vergara, ante el asombro de los directivos y de la banca motaguense.
La impotencia sacaría de su equilibrio mental a Hernández, que “pisoteo” de manera infantil al meta West, ganándose el derecho de ir a las duchas, dejando a su equipo en inferioridad numérica.
La tanda de los penales es una “ruleta rusa”, Erick Andino y Santiago Vergara por parte de Motagua, enviaron el balón a las “nubes”. Mientras, que los hombres de Honduras Progreso, Ali Arriola, José Alvarado, “Mango” Sánchez y el elegido, Mariano Acevedo convertiría ante la hazaña realizada por un equipo denominado “chico”, con la voluntad de pasar por encima de los “grandes” en su terreno.
Honduras Progreso hacia historia y la bella ciudad de El Progreso no dormiría en las celebraciones, caravanas y desfiles hasta altas horas de la madrugada.