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Tegucigalpa, Honduras.
El fin de semana se registró un incremento de siete lempiras en el valor de los huevos grandes y de tres lempiras en el costo de la libra de carne de res.
El precio de la canasta básica en su conjunto podría mantener su comportamiento alcista, debido a la incontrolable especulación y porque los productos derivados del petróleo se han vuelto a encarecer.
Las dudas siguen girando alrededor de cuán conveniente es que las prácticas irregulares del mercado como son el acaparamiento, la escasez ficticia y el alza provocada en el costo de los bienes de consumo esencial sean combatidas a través de la misma receta: La imposición de precios máximos.
El analista, Arturo Alvarado, explica que el control de precios que suele introducir un Gobierno tiene efectos sobre la oferta y demanda de bienes y servicios sujetos a control.
Pero esta intervención puede conseguir resultados diferentes como la corrección de los problemas del mercado o simplemente provocar distorsiones que terminan por afectar tanto a los oferentes como a los consumidores.
El ex ministro de Finanzas, ilustra que en los países donde se ha implantado el control de precios se ha obtenido como resultado la escasez generada porque se le resta incentivo a la producción de los bienes regulados.
Y es que, en opinión del economista Alvarado y de otros entendidos en el tema, la fijación de precios No debería estar al arbitrio de los funcionarios gubernamentales, pues si este monto No cubre los costos producción, lo que provoca es un perjuicio para los consumidores.
La lógica indica que los gobiernos deberían tener mecanismos para aumentar la oferta de los productos que están sujetos a la especulación y a otros trastornos del mercado.
Hay que valorar entonces, si colocar precios tope a algunos elementos de la canasta básica es una medida improvisada o de tipo inmediato que No resuelve los problemas de fondo del mercado y del aparato productivo nacional.