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La Fundación Intibucana de Desarrollo (FUNIDE), con el apoyo de la Secretaría de Turismo, a fin de promover el turismo de la región, fortalecer la economía local, promover la comercialización y la valoración de las artesanías lencas, crearon el “Festival Del Choro y El Vino”, que este año se realizará del 23 al 26 de junio.
Dos productos especiales en la región; el Choro, una seta categorizada con cuatro tenedores en la gastronomía mundial y que solo se produce hasta ahora en tres regiones del mundo, siendo estas: la sierra de Opalaca (Honduras), Italia y México.
No se sabe a ciencia cierta donde se originó, sin embargo, es una especie que se encuentra en su estado natural. ya que hasta la fecha es imposible reproducirlo, por su compleja forma de reproducción. Se le otorga el nombre científico, “Amanita Caesarea”, ya que este era un plato preferido por los césares (título de los emperadores de Roma). Estas setas solo nacen con la primera tormenta de mayo y su producción dura aproximadamente 30 días.
El Vino, es tradición que poco a poco, los nativos se fueron acostumbrando a procesar las frutas de la región creando deliciosos vinos de sabores frescos y frutales. Estos vinos por lo general son dulces y de delicado aroma. En la región se han popularizado un estimado de 15 sabores diferentes, siendo los más populares el de papa, durazno, jaboticaba, arrayan, fresa, ciruela, mora, pera y manzana, dos de los cuales, el de jaboticaba y de arrayan son catalogados por expertos vinícolas de Europa, como competencia del vino elaborado a base de uva.
El festival se ha convertido año a año en un pilar de desarrollo económico, cultural y turístico. Este ha ayudado a mejorar la calidad de las artesanías, en especial de los telares lencas, piezas que gracias al festival se dieron a conocer, convirtiéndose en piezas importantes para los diseñadores nacionales.
A nivel cultural se promueven expresiones artísticas a través de grupos de danzas folclóricas. como el internacionalmente conocido Ballet Folclórico Oro Lenca, entre otros artistas locales.
La celebración, es también una oportunidad para mejorar orquestas y diversas expresiones artísticas, como pintura, fotografía, esculturas.
Sin lugar a dudas la gastronomía de las ciudades de La Esperanza, Intibucá y Yamaranguila se han dado a conocer a través de la elaboración de exquisitos platos a base de choros y otras setas. Año a año el festival atrae a un gran número de turistas, por lo cual se han abierto una gran cantidad de hoteles y restaurantes.
Con la organización del festival, también se promueve el desarrollo del eco-turismo, en lugares como la Laguna de Madre Vieja, la Laguna de Siligatoro, el Valle de Azacualpa, el Cerro de los Hoyos, la Zona Montañosa de Yamaranguila que tiene cascadas, senderos, rutas ciclísticas y de moto.
Este año por primera vez se tendrá una escalada en piedra y el primer encuentro de ciclo eco turístico.