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La tensión en Bolivia alcanzó un nuevo punto crítico hoy cuando el Ejército boliviano tomó por asalto el Palacio Quemado en La Paz, desencadenando un intento de golpe de estado según denuncias del presidente Luis Arce.
El mandatario alertó sobre movilizaciones anormales de las fuerzas armadas horas antes de que tanques y soldados entraran al edificio gubernamental.
El exmandatario Evo Morales, también activo en redes sociales, llamó a la movilización popular para proteger la democracia frente a lo que describió como un golpe gestado desde el seno militar.
«No permitiremos que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al pueblo», declaró Morales, instando a un paro general indefinido y bloqueo de caminos.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) respondió con firmeza, declarando que no tolerará ninguna forma de quebrantamiento del orden constitucional en Bolivia.
Mientras tanto, en un contexto internacional distinto, Estados Unidos celebró un debut triunfal en la Copa América con una victoria contundente sobre la selección boliviana.
Este incidente ocurre en medio de fluctuaciones significativas en el suministro energético de la región, con Argentina intensificando sus compras de gas a Bolivia mientras espera la reversión del Gasoducto del Norte.
La incertidumbre política y la reacción internacional se mantienen en alerta máxima mientras se desarrollan los eventos en La Paz.
