Gibraltar libera el petrolero iraní pese a las presiones de Estados Unidos

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Las autoridades de Gibraltar decidieron liberar ayer el petrolero iraní Grace 1 seis semanas después de interceptarlo cuando se dirigía a Siria cargado con más de dos millones de barriles de crudo y a pesar de un intento de última hora del Gobierno de Estados Unidos para que el navío le fuera transferido. Según la corte suprema gibraltareña, el ministerio de Justicia norteamericano solicitó ayer la custodia del barco ateniéndose a un tratado de asistencia jurídica mutua.

Después de considerar la petición de la fiscalía norteamericana, la corte suprema de la colonia británica de Gibraltar decidió dejar al navío en libertad, después de haber excarcelado a su capitán y la tripulación, detenidos de forma provisional. Ninguno de ellos es iraní. Como represalia por la captura del Grace 1, la Guardia Revolucionaria de Irán detuvo el 19 de julio un petrolero británico, el Stena Impero, en el golfo Pérsico.

La Armada británica interceptó al buque iraní cuando cruzaba el estrecho de Gibraltar a petición de EE.UU., que acusa a la república islámica de violar sanciones internacionales con el transporte de crudo a Siria, que es adonde se dirigía el Grace 1. Tras la captura, el Gobierno de EE.UU. agradeció oficialmente a Reino Unido la captura del buque porque este participaba «en una violación de las sanciones internacionales al régimen sirio», según dijo la diplomacia norteamericana en un comunicado.

El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, anunció el miércoles sus planes de liberar el petrolero después de revelar que Irán le había dado garantías de que el crudo que este llevaba a bordo no sería descargado en Siria, un país que desde 2011 vive una guerra civil con cientos de miles de muertos y cuyo régimen ha sido acusado por Naciones Unidas de graves crímenes contra la humanidad que abarcan desde la tortura y las ejecuciones sumarias hasta el uso de armas químicas contra la población civil.

«Dadas las garantías que hemos recibido, ya no hay motivos razonables para la detención legal continuada del Grace 1 de acuerdo con nuestro compromiso con el reglamento de sanciones de la UE», dijo Picardo en un comunicado. Sobre la decisión de la corte suprema gibraltareña, dijo que sería «objetiva y dentro de la legalidad».

La Casa Blanca no quiso valorar ayer la liberación del carguero iraní. Tampoco reveló si el Gobierno británico informó de su decisión al consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, que esta misma semana ha estado de visita oficial en Londres y se ha visto con el nuevo primer ministro, Boris Johnson.

Tras el abordaje, ocurrido el 4 de julio, el Gobierno español protestó porque la operación se desarrolló en aguas que España considera territoriales, ocupadas ilegítimamente por la colonia británica. El ministro de Exteriores, Josep Borrell, acusó a Washington de ser el responsable último de la operación, unas acusaciones a las que el Gobierno estadounidense no quiso responder.

«Una derrota miserable»

El embajador iraní ante Reino Unido, Hamid Baeidinejad, dijo ayer a la agencia Reuters que considera la decisión de Gibraltar una capitulación, «una derrota miserable», según la describió. De momento, Teherán no ha avanzado si liberará al petrolero británico, el Stena Impero, como parte de algún acuerdo mantenido en secreto. La postura oficial del gobierno británico es que ambos incidentes no están relacionados entre sí.

El presidente norteamericano, Donald Trump, ha propuesto a sus socios europeos un refuerzo militar en el Golfo para proteger a los petroleros de las agresiones iraníes. Más de un 20% del petróleo que se consume en el mundo pasa por el estrecho de Hormuz, la boca del golfo Pérsico.

La tensión entre EE.UU. e Irán es máxima después de que Trump decidiera el año pasado retirarse unilateralmente del acuerdo de desnuclearización firmado por la república islámica con las grandes potencias mundiales, reanudando una serie de duras sanciones que han provocado una grave asfixia económica en la república islámica. En teoría, Reino Unido y el resto de potencias mantienen el pacto con Irán, a pesar de que este ha acelerado el enriquecimiento de uranio, en un claro desafío a la comunidad internacional.

Según las fuerzas armadas norteamericanas, que patrullan el Golfo, en las semanas recientes ha habido al menos seis intentos de agresión a cargueros comerciales por parte de buques de la Guardia Revolucionaria de Irán.

Todo apunta a que la fiscalía norteamericana intentó abortar la liberación del Grace 1 en el último momento, después de que Picardo anunciara su liberación. En cuestión de horas, el ministerio de Justicia de EE.UU. envió una petición de transferencia de custodia a la corte suprema gibraltareña, con una serie de alegaciones que esta no ha revelado, según informa el diario «The Gibraltar Chronicle» citando fuentes oficiales.

Bajo Trump, EE.UU. ha tomado una postura mucho más agresiva en aguas internacionales. Ya en mayo, la Armada norteamericana interceptó un carguero de Corea del Norte que transportaba carbón al país asiático. Según la fiscalía norteamericana, el abordaje obedecía a la violación de sanciones impuestas sobre el régimen norcoreano por la comunidad internacional. abc

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