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Los jefes de fútbol de Indonesia pospusieron un partido entre dos feroces rivales cuyo último juego terminó en uno de los desastres más mortales en la historia del deporte, dijeron funcionarios el jueves.
La estampida de octubre en la ciudad de Malang mató a 135 personas, incluidos más de 40 niños. Ocurrió después de que la policía lanzara gases lacrimógenos contra las gradas llenas cuando los aficionados locales invadieron el campo al final de un partido entre los rivales de East Javan Arema FC y Persebaya Surabaya.
La tragedia obligó a los funcionarios y fanáticos indonesios a enfrentar fallas en todos los aspectos del juego doméstico, que se ha visto arruinado durante años por una infraestructura inestable, mala gestión y violencia.
Las autoridades recomendaron que el partido de vuelta del domingo se celebre fuera de Java Oriental y sin fanáticos, debido a los riesgos, incluidos los problemas con la multitud, dijo a la AFP el portavoz de la policía provincial, Dirmanto.
«Los seguidores de Persebaya y Arema tienen un alto historial de rivalidad», dijo Dirmanto, quien, como muchos indonesios, tiene un solo nombre.
A los fanáticos se les prohibió asistir a los partidos de fútbol después de que la liga se reanudó en diciembre, después de haber sido cancelada por completo después del desastre, pero desde entonces se ha permitido que algunos regresen a juegos selectos.
Persebaya no pudo asegurar otro lugar y pidió que se reprogramara el juego, según un comunicado de prensa de la liga principal del país, conocida como BRI Liga 1.
El hecho de que el estadio de Persebaya esté en reparación, antes de albergar los partidos de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA en mayo, fue otro factor, dijo Dirmanto.
La Liga 1 dijo que pronto anunciaría una nueva fecha para el partido.
Los fanáticos de Persebaya fueron excluidos del partido inicial de octubre debido a los temores de problemas con la multitud.
La policía describió la invasión de la cancha del 1 de octubre, después de que Arema perdiera 3-2, como un motín y dijo que dos oficiales murieron, pero los sobrevivientes y los investigadores dijeron que la policía usó fuerza excesiva.
Cinco hombres indonesios, incluidos tres policías, fueron acusados de negligencia después de la tragedia y siguen siendo juzgados.
