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La piel seca, los mareos, el cansancio y la poca saliva en la boca son indicativos de que tu cuerpo no tiene la cantidad de agua que necesita. Revertir esta situación te evitará complicaciones de salud.
La importancia de la hidratación
Sin agua, las células del cuerpo no pueden funcionar. Saber si estás deshidratado te ayudará a prevenir problemas graves; sobre todo, durante las épocas de mayor calor, como el verano.
El agua es esencial para la vida: constituye el 75 % del peso corporal en los bebés y el 50 % en los adultos. Interviene en múltiples funciones de homeostasis, disolviendo y transportando nutrientes y desechos, regulando la temperatura corporal y facilitando reacciones bioquímicas.
La falta de líquidos puede afectar tus niveles de energía y tu estado mental. Los síntomas como la fatiga, los dolores de cabeza, los mareos y la orina oscura te alertan de que necesitas beber más agua.
11 señales de deshidratación que no debes ignorar
La deshidratación se produce cuando las pérdidas de agua del cuerpo superan a las reposiciones. Esta carencia de líquido puede provocar trastornos agudos y crónicos; entre ellos, los siguientes:
- Sed intensa: La sed es el síntoma más notorio de la falta de agua en el cuerpo. Aumenta tu ingesta de agua, especialmente en días calurosos o durante el ejercicio intenso.
- Boca seca y pegajosa: La falta de saliva puede causar mal aliento, llagas y dificultad para tragar.
- Presión arterial baja: Menos agua en el cuerpo reduce el volumen de sangre, causando mareos y falta de energía.
- Fatiga: La deshidratación afecta los ciclos de sueño y vigilia, provocando somnolencia y debilidad.
- Orina de color oscuro y en poca cantidad: La orina oscura y escasa indica que el cuerpo está reteniendo líquidos.
- Piel seca: La prueba de turgencia cutánea o del pellizco puede indicar deshidratación si la piel tarda en regresar a su posición normal.
- Dolores de cabeza: La deshidratación puede reducir los líquidos alrededor del cerebro y limitar la eliminación de toxinas.
- Aturdimiento y mareos: La deshidratación afecta la tensión arterial y la función cerebral, causando mareos al ponerse de pie.
- Palpitaciones: La menor presión arterial obliga al corazón a latir más rápido, lo que puede derivar en arritmias.
- Problemas de concentración y mal humor: La falta de agua perjudica la memoria a corto plazo y la capacidad de concentración.
- Calambres musculares: La falta de agua y electrolitos puede causar contracciones musculares dolorosas, especialmente durante el ejercicio.
Deshidratación en bebés y niños
Los pequeños son especialmente vulnerables a la deshidratación causada por diarrea, vómitos y fiebre. En ellos, es crucial prestar atención a signos como ojos hundidos, piel pálida y menos lágrimas al llorar.
Cómo evitar la deshidratación
Para prevenir la deshidratación, sigue estos consejos:
- Bebe suficiente agua: 3,4 litros al día para hombres y 2,6 para mujeres.
- Limita el consumo de cafeína y alcohol.
- Consume frutas y verduras con alto contenido de agua.
- Usa bebidas con electrolitos si tienes diarrea, vómitos o fiebre alta.
- Mantén a la mano agua si estás embarazada, lactando, haciendo ejercicio o trabajando al aire libre.
Actúa antes de las complicaciones
La deshidratación puede ser causada por enfermedades, medicamentos, ejercicio intenso o una ingesta insuficiente de líquidos. Los casos leves se resuelven con rehidratación en casa, pero las situaciones severas requieren atención médica.
Presta atención a las señales de tu cuerpo y consulta a un médico si descubres signos de deshidratación en ti mismo o en tus seres queridos.
