“No te olvides de la toalla cuando vayas a la playa”, menciona una sonada canción del grupo español Puturrú de Fuá, y que, de una forma humorística debí de tomar como consejo…
Llegando a las playas del sur de Honduras, conocidas por su arena volcánica, negra por sus minerales, mis pies se encontraban exhaustos, pero mi meta era visitar la mejor playa del Golfo de Fonseca.
Y allí estaba, llegando a la playa El Edén, un pedacito de vida (que también alberga tortugas golfinas) y que está escondida entre manglares.
Lo primero que se observa es un puente. Por la mañana debido a que la marea sube los manglares están cubiertos de agua y con ello también de basura, que a medida se seca queda en medio de los frondosos árboles.
Esta playa ubicada en Marcovia, departamento de Choluteca, le hace mérito a su nombre, pues como sus pobladores dicen “es como un paraíso”, sin embargo, yo diría un paraíso olvidado.
Otra de las playas más sonadas es Cedeño, que se encuentra a solo 20 minutos de la playa El Edén.
Este lugar sin duda podría llamarse “playa morena” y, según las mismas autoridades, para las fechas turísticas es el lugar más concurrido del pacífico hondureño.
Los oriundos del lugar han colocado varias champas a la orilla de la ribera, por lo que es un lugar totalmente agradable para descansar.
En Cedeño los visitantes pueden disfrutar de la playa, la pesca, actividades náuticas y en los meses de diciembre a febrero se observan los atardeceres más rojizos y paradisiacos de Honduras.