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El Día Internacional del Trabajador en Honduras se vio empañado por la presencia abrumadora de políticos que aprovecharon el espacio de la marcha para posicionarse mediáticamente, desplazando así el foco de atención de los verdaderos protagonistas: los trabajadores.
Desde los precandidatos presidenciales hasta altos funcionarios del gobierno, como el canciller de la República y el ministro de la presidencia, se hicieron presentes en la marcha del 01 de mayo, robando el espacio que tradicionalmente pertenece a los trabajadores.
La politización del evento generó críticas y cuestionamientos sobre quién realmente tiene derecho a participar en esta celebración. Mientras algunos líderes sindicales defendieron el derecho exclusivo de los trabajadores a marchar, otros reconocieron la inevitable presencia política en eventos de esta naturaleza, aunque enfatizaron la importancia de mantener separados los objetivos y escenarios políticos de los sociales.
Entre las demandas de los trabajadores durante la marcha se destacaron la exigencia de salarios dignos y el respeto a las jornadas laborales establecidas por ley. Sin embargo, estas demandas quedaron opacadas por la presencia y los discursos de los funcionarios públicos, quienes aprovecharon la ocasión para hablar de temas políticos de interés para sus instituciones, desviando la atención del verdadero propósito de la conmemoración del Día del Trabajador.
La situación evidenció una vez más la compleja relación entre lo político y lo social en Honduras, así como la necesidad de encontrar un equilibrio que permita a los trabajadores expresar sus demandas de manera auténtica y sin interferencias de agendas políticas ajenas.
