Recibe actualizaciones en tiempo real directamente en tu dispositivo, suscríbete ahora.
La Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh) ve difícil implementar la estrategia de sustitución de importaciones en el caso del maíz y la soya, utilizada por la industria nacional en la producción de proteína animal.
El director ejecutivo de esa federación, Guillermo Cerritos, se refirió a una alternativa que promueve el gobierno relacionada con sustituir importaciones para producir concentrados domésticos a menores costos.
“Dependemos totalmente de la importación de dos materias primas, el maíz y la soya, procedentes desde Estados Unidos, esenciales para elaborar alimentos balanceados que permiten producir carnes de cerdo, de pollo, huevos y lácteos, entre otros alimentos” expuso Cerritos.
La industrialización por sustitución de importaciones, ha sido un modelo de desarrollo que propone el reemplazo de bienes importados por bienes producidos localmente.
La fuente del sector agroalimentario hondureño refirió que considerar la sustitución de estas dos materias primas es bastante difícil en la práctica. “En maíz se importan 17 millones de quintales, que para poderlos producir en el país, asumiendo rendimientos de más de 80 quintales por manzana, el Estado tendría que financiar más de 200 mil manzanas con este grano” estimó.
En el caso de la soya es todavía más inviable agregó Guillermo Cerritos. “Nosotros importamos más de 330 mil toneladas de harina de soya desde los Estados Unidos, prácticamente el cien por ciento de lo que necesita la industria y no tenemos cultivo de soya en Honduras”.
Desde las Secretarías de Desarrollo Económico (SDE) y de Agricultura y Ganadería (SAG) le apuestan al fortalecimiento de créditos al agro, sustitución de importaciones de insumos y acercar a productores y consumidores, como parte de medidas para abaratar precios de alimentos de primera necesidad.
Dos de las tres opciones ya estarían en curso y una cuarta medida es la negociación directa con sectores como el avícola para enfrentar los incrementos que se están transmitiendo por medio de la inflación importada en porcentaje de casi un 50 por ciento, respecto a la tasa inflacionaria interanual.
