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El reciente anuncio de la intervención de la empresa eléctrica BELCO en Guanaja por parte de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) ha desatado una ola de reacciones, entre ellas la del diputado Jorge Cálix, quien calificó la medida como un «pésimo mensaje» para el país. Cálix argumenta que Honduras necesita un clima de estabilidad y seguridad jurídica para atraer inversiones y generar empleos, y que acciones como esta podrían disuadir a los inversionistas.
«Pido al gobierno que rectifique. Si la empresa ha incumplido algo, la mejor vía para resolver los problemas es el diálogo. Honduras no merece esta incertidumbre», declaró Cálix, haciendo un llamado a las autoridades para reconsiderar su enfoque.
BELCO denunció que la ENEE asumió el control de sus instalaciones de generación, distribución y comercialización de energía, describiendo la intervención como la «primera confiscación de bienes a la empresa privada en Honduras». La ENEE, sin embargo, justificó su acción en la Ley General de la Industria Eléctrica, con el respaldo de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica de Honduras (CREE-HONDURAS), que afirmó que BELCO operaba de manera ilegal, sin la concesión ni el registro necesarios, y sin un pliego tarifario adecuado, lo que había generado múltiples denuncias por la baja calidad del suministro eléctrico.
