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Hoy, los hondureños disfrutan de cielos despejados y aire de buena calidad después de varias semanas bajo una intensa capa de humo. Las recientes lluvias en la zona norte del país han permitido que los sampedranos vuelvan a ver la sierra de El Merendón, devolviendo el horizonte a la vista.
En los últimos días, la calidad del aire había sido clasificada como muy perjudicial, generando significativas preocupaciones entre la población y las autoridades sanitarias. Sin embargo, según la medición de QAir, la calidad del aire en Honduras ha mejorado notablemente, situándose hoy en la categoría de «bueno».
En la capital, Tegucigalpa, los residentes pueden nuevamente apreciar el emblemático Cerro Juana Laínez y el Cristo del Picacho desde cualquier punto distante, algo que había sido imposible en las últimas semanas debido a la densa capa de humo.
A pesar de los cielos despejados y la notable mejora en la visibilidad, las autoridades advierten que aún persiste la presencia de partículas PM2.5. Estas diminutas partículas pueden penetrar profundamente en los pulmones y están asociadas con diversos problemas de salud, incluyendo enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Por esta razón, se ha instado a la población a mantener las medidas de precaución y no bajar la guardia ante los niveles de contaminación. Continuar vigilando la calidad del aire y seguir las recomendaciones sanitarias es crucial para proteger la salud pública, especialmente mientras persisten las partículas nocivas en el ambiente.
La mejora en la calidad del aire trae un respiro bienvenido a los hondureños, pero la vigilancia continua y la adopción de medidas preventivas siguen siendo esenciales para garantizar un ambiente saludable.
