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La capital argentina acogerá este viernes la marcha Ni Una Menos, desde Plaza de Mayo al Congreso, con réplicas en toda Argentina, a lo que se sumarán actividades de organizaciones feministas, en ocasión de cumplirse siete años de la primera movilización.
Como en ocasiones anteriores, las actividades de Ni Una Menos se harán bajo la consigna «¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! El Estado es responsable».
Luego de dos años sin celebrar el 3J o Marcha Ni una Menos en Argentina, las activistas estarán “de forma organizada nuevamente en las calles para llenar de contenido nuestras reivindicaciones”, refiere Karina Nicoleta, responsable de la Secretaría de Género de la Asociación Gremial de Trabajadoras y Trabajadores de Subte y Premetro.
Añadió que “ante el avance de la derecha hay resistencia y lucha feminista», algo que demuestran las demandas a presentarse durante la jornada en exigencia de los derechos de las mujeres en materia de justicia económica, judicial y social.
La implementación efectiva del derecho al aborto en todo el país, los derechos de las mujeres indígenas, la extensión del patrocinio gratuito y el tratamiento y reconocimiento feminista en la reforma judicial que evite la revictimización de quienes sufren la violencia de género, son algunas de esas peticiones.
La miembro del colectivo Ni Una Menos, Lucía Cavallero, apuntó que también se solicita el salario universal y justo para todas las mujeres ante la creciente inflación que experimenta el país, la retribución económica para las activistas de género en las comunidades.
Como parte del programa del 3J también se intervendrán paredes de Ciudad Oculta, un asentamiento informal de la Buenos Aires, y se realizará un memorial con fotos de las víctimas de feminicidios en la Plaza de Mayo.
Según el observatorio Adriana Marisel Zambrano, dirigido por la asociación civil La Casa del Encuentro, y Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa), desde el 3 de junio de 2015 hasta el 27 de mayo de 2022 hubo 51 transtravesticidios y 1990 feminicidios en el país.
Es por ello que el activismo feminista sigue siendo crucial para influir en procesos políticos que tengan en cuenta las capacidades y derechos de las mujeres argentinas.
