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El canciller de México, Marcelo Ebrard, manifestó este pasado lunes 11 de noviembre, que ese país azteca, otorgará asilo político a Evo Morales, luego de haber dimitido de la presidencia de Bolivia en medio de protestas masivas y de la presión de las Fuerzas Armadas.
En ese sentido, remarcó que “México se ha caracterizado por su tradición en materia de protección a asilados a lo largo de su historia”.
“Les informo que hace unos momentos recibí una llamada del presidente Evo Morales, mediante la cual respondió a nuestra invitación y solicitó formal y verbalmente asilo político en nuestro país.
En términos de la legislación vigente (México) ha decidido conceder asilo político al señor Evo Morales por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia, en donde su vida e integridad corren riesgo”, agregó, al informar que dará a conocer la decisión al Senado.
Este pasado lunes, el país entró en un vacío de poder, no solo por la renuncia de Morales, sino también por la de su vicepresidente Álvaro García Linera, quien debía sustituir temporalmente al presidente; y las que continuaron: la de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; el vicepresidente del Senado, Rubén Medinacelli; y el titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, todos ellos oficialistas.
Bajo este escenario, la segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Añez, sería quien asumiría temporalmente la presidencia de Bolivia.
Tras las renuncias, muchos salieron a la calle a festejar, pero también se registraron saqueos, asaltos y ataques a la propiedad privada, principalmente en La Paz y la ciudad vecina de El Alto. Además, la policia no había normalizado el patrullaje en las calles desde el inicio de las protestas antigubernamentales hace más de 20 días.