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Autor: Dr. Jesus Quintero Casanova
Para muchas personas, el ejercicio físico solo se debe hacer cuando se busca bajar de peso o si es necesario combatir alguna enfermedad. Sin embargo, lo que es desconocido para la mayoría de la población es que ejercitarse de manera constante es una gran herramienta para evitar enfermedades o incluso dejar la vida sedentaria. A pesar de que parezca muy cómodo estar todo el día acostado, a la larga puede presentar un alto riesgo para su salud y será necesaria la intervención de un especialista. En este artículo, puede conocer más sobre los peligros que conlleva la inactividad constante y la vida sedentaria.
¿Qué significa llevar una vida sedentaria?
Cuando definimos a una persona como sedentaria, hacemos referencia a aquellos que hacen poca o nada de actividad física y se mantienen casi todos los días en un estado de inactividad. Estas personas se conservan sentados o acostados la mayor parte de su tiempo, lo que podría sonar muy cómodo pero se debe de considerar los riesgos a la salud que esto representa.
Debido a la imposibilidad que hay de salir de casa y hacer su rutina diaria como conocíamos antes de la llegada del COVID-19, es un dato conocido que la mayor parte de la población lleva una vida sedentaria. Ya sea por la falta de condición física o la falta de gusto por alguna actividad, no es raro escuchar personas que afirman estar sentadas todo el día o incluso no salir ni a caminar en su día a día.
¿Cuál es el riesgo de llevar una vida sedentaria?
Aunque no lo parezca, el no hacer nada puede estar afectando a su cuerpo más allá de lo que se imagina. Existen diversos riesgos derivados del sedentarismo, que pueden ir desde enfermedades crónicas hasta padecimientos menores. Uno de los más relevantes es la sarcopenia.
La sarcopenia se refiere a la pérdida de músculo que todos experimentamos a medida que envejecemos, pero que puede aparecer antes de llegar a una edad avanzada si la persona no hace ejercicio. Esta enfermedad causa que la persona que la padezca tenga dificultad para moverse con libertad, sienta debilidad a nivel muscular, se canse fácilmente y también pierda peso sin razón aparente o que se tenga un mayor porcentaje de grasa en el cuerpo.
Este es un padecimiento muy común, pero no muchas personas saben que lo tienen. Los adultos mayores son los que tienen mayor probabilidad de padecerla, sin embargo, hay que recordar que la pérdida de músculo es poco a poco. Por lo tanto, es en la vejez donde se viven realmente las consecuencias del sedentarismo.
¿Cómo prevenir la sarcopenia?
No es posible prevenir esta enfermedad en su totalidad. No obstante, existen diversas maneras para que la pérdida de músculo no sea tan drástica. Lo primero que se debe de hacer, como mencionamos anteriormente, es evitar el sedentarismo a toda costa. Esto significa ejercitarse de manera frecuente, aunque sea por 30 minutos al día. Lo mejor es hacer rutinas de fuerza donde se utilicen pesas y algunos días opte por hacer ejercicios aeróbicos. Dentro de la segunda categoría entran actividades como correr o nadar. Otro punto importante es tener una dieta rica en proteínas que incluya todos los grupos de alimentos como las verduras, las legumbres y las frutas.
Adicionalmente, acudir frecuentemente con un médico para asegurarse de que su cuerpo esté saludable es una manera muy positiva de prevenir estas enfermedades. Lo más adecuado es que se haga un chequeo anual y, dependiendo de sus resultados, el médico le indicará si será necesario hacer estudios adicionales.
Con la colaboración del Dr. Jesus Quintero Casanova, médico internista, quien verificó y compartió información para el desarrollo de este artículo. Es egresado de la Universidad Médica de la Habana y del Instituto de Medicina Tropical «Pedro Kourí» en Cuba. Cuenta con una especialidad en Medicina Interna por parte del Consejo Mexicano de Medicina Interna, una Maestría en Infectología Clínica y un Diplomado de Dirección en Salud.
Referencias: