La vitamina K es denominada antihemorrágica o vitamina de la coagulación, existen varias moléculas que tienen en común su participación en procesos de coagulación. De ahí su nombre, por la palabra alemana Koagulation. Los anticoagulantes y los antibióticos pueden llegar a interferir con la vitamina K.
Es importante tener en cuenta que la ausencia de la vitamina K provocaría que la sangre no coagulase. Sin embargo, esta vitamina colabora en la síntesis ósea y ayuda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, entre otros.
Estas son las fuentes alimenticias en vitamina k
Vegetales de hoja verde, coles, repollo, coliflor, espinacas, té y soja.
Brócoli, cebolletas, berros, espárragos e incluso perejil, son otras opciones verdes.
Entre las frutas, aunque en menor cantidad, la aportan la manzana verde, ciruelas secas, los arándanos y las uvas.
Hígado de cerdo.
Cereales, patatas, tomate.
Mantequilla, quesos.
Salmón, camarones cocidos o atún en aceite de oliva.
Anacardos, nueces y piñones.
Aceite de soja, rico en filoquinona.