Daniel Ortega Cumple 17 años en el poder con la mirada puesta en una «dinastía familiar»
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Este miércoles marca el decimoséptimo aniversario del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en el poder, consolidando un régimen caracterizado por la concentración del poder en manos de su familia y el sofocamiento de la oposición. Durante los últimos siete años, su esposa, Rosario Murillo, ha ocupado el cargo de vicepresidenta, generando críticas y preocupaciones sobre la posible instauración de una dinastía familiar.
El régimen de Ortega ha enfrentado fuertes críticas, siendo calificado como «la dictadura más sanguinaria de las Américas» por algunos opositores. La crisis iniciada en 2018 dejó en evidencia, según expertos, la intención de Ortega de establecer una dinastía familiar en complicidad con élites políticas y económicas.
Ortega ha propuesto reformas constitucionales que podrían consolidar aún más el poder de su familia en la política nicaragüense. Su hijo, Laureano Ortega, desempeña un papel destacado en las relaciones internacionales del país, especialmente con China, Rusia, Cuba e Irán.
La lógica de «el poder o la muerte» ha sido la estrategia de Ortega para mantenerse en el poder, optando por la represión y la eliminación de la oposición, como se evidenció en la revuelta popular de 2018. Organizaciones de derechos humanos han denunciado medidas severas, como cárcel, destierro y la privación de la nacionalidad, como respuesta a las críticas al régimen.
A medida que Daniel Ortega celebra su decimoséptimo año en el poder, la población nicaragüense se enfrenta a un clima de represión y temor, con la incertidumbre sobre el futuro del país y las posibles consecuencias del controvertido legado del presidente.
