Comisionado DDHH insta en retirar cargos y liberar a migrante hondureño

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Tegucigalpa, Honduras.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto Herrera, instó hoy a la Procuraduría General de la República de México (PGR) que valore las pruebas y retire los cargos contra el migrante hondureño Ángel Amílcar Colón, detenido en Tijuana desde marzo del 2009, por el delito de delincuencia organizada.

“Le pedimos nosotros respetuosamente a la Procuraduría General de la República de México que antes de presentar la parte final del caso valoren nuevamente esas pruebas y desista de la presentación de la solicitud de condena para nuestro compatriota”, dijo Herrera Cáceres.

El funcionario lamentó que el proceso de detención del migrante hondureño se haya viciado ya que no se realizó acorde con las prescripciones internacionales, al no permitírsele desde un inicio hablar con el cónsul para asegurar su defensa.

Cuestionó también que el migrante hondureño haya sido sometido a torturas para obtener su declaración las que sirvieron para incriminarlo.

Indicó que las torturas denunciadas por Amílcar Colón fueron comprobadas por expertos forenses internacionales quienes le aplicaron el Protocolo de Estambul que establece reglas de carácter físico y psicológico a seguir para verificar si la víctima efectivamente fue objeto o no de tortura.

Agregó que el resultado obtenido por los expertos internacionales fue incorporado en el expediente, sin embargo, el proceso penal siguió y se omitieron una serie de acciones con el objeto de dejar la incriminación fundamentada en un delito de crimen organizado en el cual, de acuerdo a las pruebas, él no ha tenido ninguna participación.

El funcionario reveló que en la detención del hondureño, por parte de las autoridades mexicanas, se vulneraron una serie de derechos como el debido proceso, el de presunción de inocencia que nunca se le reconoció, a su integridad física, que se le vulneró con las torturas a las que fue sometido.

Agregó que inclusive se le violentó el derecho a la información sobre la asistencia consular, se le negó el derecho a la comunicación con su familia, ha sido objeto de discriminación racial y se le han vulnerado todos sus derechos como migrante.

Herrera Cáceres explicó que debido a las múltiples violaciones a los derechos humanos de las que fue víctima Amílcar Colón, pidió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México que se acerque a la Procuraduría General de la República de ese país y examine el expediente y determina las vulneraciones que se han cometido.

Declaró que se están reuniendo todos los elementos necesarios para seguir una investigación y acompañamiento hasta que se obtenga la liberación del migrante hondureño.

El Comisionado de los Derechos Humanos de Honduras espera que la Procuraduría General de la República de México, que es la que ha presentado los cargos, entre en la profundidad de todas las pruebas, principalmente de aquellas que determinan que el hondureño fue sometido a torturas y a otro tipo de violaciones a sus derechos.

Añadió que también solicitará al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en México que investigue y formule a las autoridades mexicanas algunas recomendaciones para corregir este tipo de hechos.

CONADEH pide la liberación de Amilcar Colón

Herrera Cáceres explicó que la tortura es un delito sancionado internacionalmente como lo establece la Convención Internacional contra la Tortura.

No obstante, considera que lo importante, en este momento, es lograr la liberación de Angel Amilcar Colón para acercarlo a su familia, luego de permanecer recluido por más de 4 años en una prisión en México.

Manifestó que la información con que se cuenta actualmente es positiva en el sentido de que las pruebas demuestran su inocencia.

Sin embargo, lamentó que luego de 4 años y a pesar de las pruebas a su favor no se ha producido todavía una decisión judicial.

A principios de 2014 los expertos forenses, médicos internacionales independientes, lo examinaron y concluyeron que las pruebas médicas de tortura eran coherentes con su queja.
Durante su visita a México, Colón fue visitado por Juan Méndez, Relator Especial de las Naciones Unidas para el tema de Tortura.

El funcionario internacional reconoció que la tortura es una práctica persistente para incriminar inocentes y encubrir la incapacidad o la falta de voluntad política de las autoridades para investigar.

Ángel Amílcar Colón salió de Honduras el 7 de enero de 2009 para ayudar económicamente a su familia y poder cubrir la atención médica de su hijo mayor gravemente enfermo y que murió el 27 de septiembre de ese mismo año.

El pasado 21 de julio, Amnistía Internacional señaló que considera a Ángel Amílcar Colón un preso de conciencia, dado que la tortura fue perpetrada en su contra como consecuencia de la discriminación racial, dando lugar a un procesamiento infundado.

Actualmente, Colón se encuentra encarcelado en el Centro Federal de Readaptación Social No.4 Noroeste en Tepic, Nayarit en México, acusado de haber cometido diversos delitos federales como delincuencia organizada, acopio de armas de uso exclusivo del ejército y delitos contra la salud en su modalidad de posesión de cocaína y marihuana con fines de comercio.

Su representación legal en México está a cargo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez AC (Centro Prodh).

Este organismo confía que en la causa penal 53/2009 instruida ante el Juez Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales de Tepic, Nayarit, se encuentran suficientes elementos que acreditan, por una parte que Ángel ha sido víctima de violación a sus derechos humanos y, por otra, que es inocente de los cargos que irregularmente pretenden imputarle.

Actualmente, el juicio se encuentra en su etapa final por lo que se espera que las autoridades judiciales, así como la propia PGR de México actúen en consecuencia del respeto irrestricto al debido proceso legal y resuelvan conforme a derecho.

Testimonio de Angel Amílcar Colón

Me golpearon el costado derecho con algo metálico y posteriormente me remangaron la camisa y me taparon la cabeza con ella y me hicieron caminar hincado de rodilla hacia una loma… bajo patadas y puñetazos en el estómago llegué a la loma, generándome la peladura de mis rodillas de esto puede dar fe el dictamen médico de la PGR (Procuraduría General de la República) y dolores internos en mi costado derecho (…) me hicieron subir a una patrulla la cual me llevó a un lugar donde me dijeron los policías que ahí era la PEP ( Policía Especial Preventiva), me encerraron en una celda junto a otro detenido que estaba en el lugar cubierto su rostro, a los 20 minutos aproximadamente de haber llegado a la PEP, me sacaron de la celda y me llevaron a pasearme por la ciudad en una patrulla escoltada y regresaron conmigo al mismo lugar donde me habían encerrado y posteriormente me trasladaron al (SIC) cuartel de los federales en donde me recibieron con las palabras de que “ya estaba en casa”.

Me mantuvieron en una sala con la camisa arremangada sobre la cabeza y posteriormente me llevaron a un baño en donde vi mucha sangre sobre el piso, me hicieron sentar sobre el suelo, cubriéndome a la vez la cabeza con una bolsa doble, me sacudí y alcance hablar y les dije que eso no era necesario y que había ingresado al país por la frontera con Guatemala (…) y que iba para New York.

(Durante la madrugada) me trasladaron a la PGR, tirado sobre el piso del estacionamiento sin camisa, bajo frío amanecí y fui internado en las celdas del lugar bajo custodio de los IFI (Agencia Federal de Investigación) en donde conocí de vista más no de trato a las personas que señala el auto de formal prisión, se me notificó sobre la detención y firme en varios documentos y posteriormente me trasladaron al Segundo Batallón, durante los días de estadía en el lugar, gente que no conozco fue torturada por los llantos, gritos y zumbir de los golpes de recibían (…)

A mi persona nada más me amenazaron en llevarme al cuarto donde le pegaban a la gente, y yo realizaba las humillaciones desagradables que me pedían.

Para evitar la macaneada que pretendían darme, comencé a realizar las peticiones que me pedían: me pusieron a limpiar los zapatos con mi saliva de otros detenidos, dar mi vestimenta a otros, realizar posturas militares que no sabía como hacerlas, me insultaban, la cosa que me convirtieron en el payaso que divierte a su público. Exhausto del maltrato en horas de la madrugada se me hizo firmar los primeros documentos bajo presencia de militares encapuchados y tres civiles que se identificaron pertenecer al Ministerio Público, dos mujeres y un hombre con aptitudes amenazantes, y no me quedó otra opción que firmarles cuanto papel me traían ya que me sentía perdido, algunas hojas solamente traían nombres pero había que firmarlas. Hasta el día de la declaración ministerial en horas de la mañana (…) me trasladaron junto con otros detenidos en el mismo recinto militar a una sala en donde se encontraba un grupo de abogados y que manifestaron pertenecer al Poder Judicial de la Federación y se me asignó un abogado, frente a los agentes del Ministerio Público se me quitó el vendaje que traía cubriéndome los ojos, dos soldados a mi lado y los agentes manipulando las palabras, se construyó mi declaración ministerial y con murmullos de calentaditas por parte de los presentes si no les facilitaba las cosas con la firma.

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