Óscar Martínez, vicepresidente de la Asociación de Bares y Restaurantes (Asobares- Vida Nocturna), dijo que la situación que están atravesando la ciudad de San Pedro Sula les preocupa, pues no solamente se trata de un toque de queda, sino de una serie de problemáticas que han venido sufriendo desde la pandemia.
Martínez dio a conocer la preocupante cifra de L500,000 semanales que estará perdiendo cada uno de los bares, discotecas y restaurantes más grandes de la ciudad, por no operar en el horario que ellos solicitan.
“Los sampedranos soportamos los embates de los fenómenos naturales Eta y Iota, la pandemia del covid-19 y con enorme dificultad, los que sobrevivimos física y económicamente, recién venimos empezando a ver la luz en nuestros negocios; sin embargo, ahora experimentamos una difícil situación económica y social, debido a la decisión del Gobierno actual de implementar un toque de queda”, agregó Martínez.
A la protesta se unió Roberto Contreras, alcalde de San Pedro Sula, quien en solidaridad con el gremio
exigió a las autoridades gubernamentales analizar nuevamente la medida, pues incluso hay trabajadores
de su negocios que analizan migrar del país debido a que los ingresos familiares están severamente
afectados.
Propuestas
Tras finalizar el recorrido de la protesta, que inició en la Fuente Luminosa y terminó frente al Palacio
Municipal, los miembros de las diferentes asociaciones participantes leyeron un pronunciamiento en el
que dejaron clara su postura y diversas solicitudes.
Entre las peticiones se encuentran establecer lo antes posible una mesa de trabajo que involucre al sector privado, Municipalidad, entes de seguridad, diputados, autoridades de Turismo y, por supuesto,
emprendedores de la industria nocturna. Otras de las sugerencia del rubro es que el toque de queda sea sectorizado, que solo se implemente en zonas de con alto índice de criminalidad.
“La Zona Río, que es donde está la mayoría de negocios nocturnos y restaurantes, no es un punto de peligro; además, que la mayoría de asesinatos de los últimos meses han ocurrido a plena luz del día, según el Observatorio de la Violencia”, refirió Gustavo Cárcamo, propietario de discotecas.
Cárcamo dijo que en su caso ya ha tenido que despedir a unos 80 empleados, pues al no estar trabajando en el horario habitual, los ingresos han disminuido hasta en un 90%. Los protestantes reiteraron no estar en contra del combate a la inseguridad, pero confían en que las decisiones que se tomen de ahora en adelante no perjudiquen a la población trabajadora del país.