«Una persona coludida con el narcotráfico no habría aprobado la extradición ni la depuración de la Policía»: JOH

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El presidente Juan Orlando Hernández aseguró este miércoles en el Congreso Nacional, donde presentó una reforma para endurecer el esquema de seguridad contra las maras y pandillas, que una persona coludida con el narcotráfico no habría aprobado la extradición ni habría promovido la depuración de la Policía Nacional, entre otras medidas contra la criminalidad en Honduras.

Hernández, que acudió al Congreso Nacional acompañado del Gabinete de Seguridad y Defensa, reafirmó que seguirá luchando contra la criminalidad hasta el último día de su gobierno.

Entre otras autoridades, acompañaron al gobernante el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Tito Livio Moreno; el ministro de Defensa, Fredy Díaz Zelaya; el ministro de Seguridad, Julián Pacheco Tinoco; el comisionado director de la Policía Nacional, Orbin Galo, y el embajador de Honduras en Washington y coordinador adjunto del Gabinete de Seguridad y Defensa, Luis Suazo; y el jefe de la Bancada del Partido Nacional, David Chávez,

El mandatario remarcó que los narcotraficantes “encontraron la llave mágica para quedar impunes, entregarse y negociar y acusar a las instituciones responsables de que ahora estén tras las rejas».

«Los Cachiros prefirieron entregarse a las autoridades de EEUU antes de que yo asumiera el poder, porque sabían que conmigo iban a ser capturados y extraditados», enfatizó.

«Como saben, y como establece nuestra Constitución, mi mandato como presidente finaliza el 27 de enero de 2022. Ese día, en 11 meses, dejaré la Presidencia y entregaré el mando al próximo presidente que será elegido en noviembre», dijo Hernández.

Reiteró su compromiso y dejó claro que hasta el día que deje el cargo, el 27 de enero de 2022, seguirá luchando contra los criminales porque ese es el compromiso que ha asumido con el país y porque no conoce otra forma de vivir sino es luchar contra el mal.

También dijo que tiene la esperanza de que el próximo Gobierno continúe la batalla contra la delincuencia, por la paz y la tranquilidad de Honduras, y espera que el próximo presidente o presidenta esté dispuesto a «hacer lo que tenga hacer», a construir sobre lo que ha logrado Honduras, porque entonces el país podrá ganar definitivamente la lucha contra la inseguridad, las pandillas y el narcotráfico.

Sin embargo, el mandatario recordó que no se sabe quién será el próximo presidente; entonces, lo contrario también es posible, porque las acciones anticrimen más poderosas y efectivas que se tomaron fueron rechazadas tanto por los narcos, como por la oposición política y si el próximo Gobierno no continúa con esta lucha las cosas empeorarán como nunca antes.

Además dijo que, siendo sincero, existe un factor insólito, porque incluso si el próximo presidente quisiera poner fin al narcotráfico, existe un riesgo real de que la lucha contra el narcotráfico pueda colapsar silenciosamente.

Hernández indicó que el factor insólito es que los narcos han encontrado lo que creen que es la llave mágica, un instrumento tan maligno y poderoso que Dios lo colocó entre los Diez Mandamientos porque requería su propia prohibición y advertencia.(Éxodo 20:16, no hablarás contra tu prójimo falso testimonio).

Empero, reconoció que a las fuerzas de mal, como los sicarios y los narcotraficantes, ni la palabra del Señor les impide apoderarse de la llave mágica porque con ella creen que pueden destruir a todos los que luchan contra ellos, y no solo usar y derrotar a los operadores de la justicia, sino también convencer a todas las instituciones y a todos los futuros presidentes de que desistan y nunca más se opongan a ellos.

Advirtió que si el próximo Gobierno de Honduras no continúa esta lucha, y si no hay un líder con voluntad de continuar esta batalla contra los narcotraficantes, será porque los narcos han descubierto la llave mágica, que le da a los criminales beneficios extraordinarios, aun cuando ellos violaron la ley y el mandamiento bíblico contra el falso testimonio.

El mandatario se preguntó: ¿Qué puede provocar que el próximo presidente, quienquiera que sea, no continúe la lucha contra los narcos?

Y respondió que eso se sabe, y eso es lo que pasaría como consecuencia natural, si determinadas oficinas en los Estados Unidos cometen el error de premiar a los narcos que dan falso testimonio, en lugar de aumentar sus penas.

Si ese error ocurre, entonces la batalla unificada que se ha llevado conjuntamente con los aliados contra el narcotráfico puede volverse insostenible porque habrá una pérdida de confianza de que en este proceso entre el bien y el mal, y la verdad, es más poderosa la mentira, aseguró Hernández.

El recordatorio

El presidente Hernández señaló que es necesario recordar  brevemente al país cómo eran las cosas hace una década y cómo Honduras estaba a punto de convertirse en un Estado fallido.

A lo anterior se deben agregar las medidas históricas implementadas y los compromisos solemnes que se hicieron y que salvaron al país, añadió.

También afirmó que es importante recordar cuáles movimientos políticos se opusieron, junto con los narcos y pandillas, a toda medida importante contra el crimen como la extradición, la creación de la Policía Militar y la depuración de la Policía Nacional (y la creación de las cárceles de alta seguridad).

Aseguró que era clave hablar de las acciones realizadas por hondureños valientes y heroicos, y sus sacrificios, y el apoyo recibido de socios leales, y los resultados que alcanzó Honduras, incluso el reconocimiento que dio el mundo por haber hecho lo que se creía imposible.

También indicó que es importante hablar sobre el futuro y sobre por qué el próximo Gobierno tendrá la oportunidad de ganar esta batalla histórica.

Pero también “examinaremos el resto de la historia, la razón por la que todo el progreso que se ha logrado podría perderse, y por qué estaría Honduras en mayor riesgo que nunca”, insistió.

Un Gobierno anterior vinculado al crimen

Según Hernández, para algunos sectores es fácil olvidar cómo eran las cosas antes, cuando los aviones de la droga llenaban los cielos de Honduras como insectos voladores en un día caluroso.

Añadió que hace menos de quince años la embajada de Estados Unidos en Honduras dijo que el Gobierno de aquél entonces estaba tan estrechamente vinculado al crimen organizado que era imposible una estrecha cooperación entre las fuerzas del orden.

Además, expresó que los cárteles de la droga y las pandillas operaban con impunidad, y si en alguna ocasión iban a la cárcel, no importaba mucho porque controlaban la misma cárcel.

Hernández también recordó que hace menos de diez años Honduras tenía la tasa de homicidios más alta del mundo y la extradición no existía, porque no estaba permitida por la Constitución.

Rememoró cómo la Policía Nacional estaba corrompida y penetrada por el crimen organizado, a tal grado que, según narcotraficantes confesos, se asociaron con altos funcionarios policiales para asesinar al jefe de la unidad antidrogas.

El gobernante señaló que uno de estos violentos y sanguinarios grupos criminales era el de los Cachiros, los que no solo administraron su imperio criminal sin temor a ser perseguidos, sino que incluso se les adjudicaron contratos de obras públicas por valores millonarios.

«La conclusión de los observadores internacionales fue que Honduras estaba a punto de convertirse en un Estado fallido; o luchábamos de manera frontal y decidida por recuperar nuestro país, o sería tomado por los narcos», manifestó el titular del Ejecutivo.

Quién es quién

El gobernante afirmó que la situación en 2010, cuando él asumió la presidencia del Congreso Nacional, fue difícil; sin embargo, desde la legislatura se aprobaron una serie de ocho leyes de seguridad que eran odiadas y temidas por los narcos.

Resaltó que se aprobaron leyes para  confiscar los activos del crimen organizado y dejando en claro que el control del decomiso de bienes no estaría en las manos del presidente, sino que estaría en manos del Ministerio Público y el Poder Judicial.

Desde ese punto de vista, indicó que se puede ver “quién es quién”, porque nadie vinculado al narcotráfico o intimidado por los narcos jamás lucharía por confiscar los bienes de los criminales.

«Eso es lo que hice. Y los narcos me vieron hacerlo. Incluso se decomisó de los Cachiros sus  bienes, siendo esta operación una de las más grandes en la historia de toda la región de Centroamérica», dijo.

Recordó que igual se reformó la Constitución para permitir la extradición por primera vez en la historia de Honduras.

Además, dijo que en el Congreso, por la poderosa influencia del crimen organizado y el temor a represalias, esa medida se convirtió en una batalla para poder aprobarla.

A pesar de muchas voces opositoras y quienes decían que no se hiciera, se logró aprobar la reforma, y nuevamente eso denota quién es quién, porque nadie vinculado al narcotráfico o intimidado por los narcos jamás lucharía por establecer la extradición, que fue lo que hizo y los narcos le vieron hacer.

Hernández dijo que a pesar del feroz rechazo político de la oposición se creó la institución que haría posible la reforma de la Policía Nacional, una institución a la que los criminales temen y en la que la gente confía: la Policía Militar del Orden Público (PMOP).

«Y recuerden esto: los narcos tenían el control de la Policía Nacional; les gustaban las cosas tal como eran. Una vez más, se puede ver ‘quién es quién’: nadie vinculado al narcotráfico o intimidado por los narcos jamás lucharía por establecer la Policía Militar. Que es lo que hice. Y los narcos me vieron hacerlo», expuso.

Luego, después de que fue elegido presidente de la República, porque se contaba con la PMOP, se pudo depurar a la Policía Nacional; la transformación fue histórica y ha sido reconocida internacionalmente como modelo.

No solo se destituyó a más del 40% de la Policía, sino que se destituyó a 6 de los 9 altos funcionarios de esa institución, señaló

Una vez más remarcó que si quieren saber «quién es quién” es importante mirar el método que se utilizó al crear una comisión de respetados ciudadanos de la sociedad civil, a quienes se les dio el poder y autoridad  de determinar quiénes serían destituidos y quiénes se quedarían.

Hernández aseguró que es importante observar que creó intencionalmente un proceso en el que él como presidente no tendría control y, siendo claros, nadie relacionado con el narcotráfico o intimidado por los narcos jamás depuraría una fuerza policial criminalmente penetrada de tal manera que no pudiera proteger a su gente, ni remover a sus oponentes.

Ese fue el mismo principio que aplicó con respecto a la extradición. Las solicitudes de extradición provienen del Departamento de Justicia de Estados Unidos, y van de manera directa a Cancillería, que es parte del Poder Ejecutivo.

Remarcó que cuando asumió la Presidencia dio instrucciones de que toda solicitud de extradición recibida por el Gobierno debe ser entregada inmediatamente a la Corte Suprema de Justicia dentro de las 48 horas siguientes, sin demora, sin discrecionalidad o injerencia de Cancillería, Casa Presidencial o cualquier institución del Poder Ejecutivo.

Y eso se ha hecho.

«Hice esto para mostrarle al país y al mundo, y a los narcos, que este Presidente que luchó por obtener la aprobación de la extradición rechazaría cualquier intento de influir en ese proceso. Y los narcos vieron eso», afirmó.

El presidente Hernández añadió que Honduras ha extraditado a 24 personas imputadas y solicitadas por Estados Unidos; de esas, 15 se entregaron directamente para negociar con la DEA, y 5 han sido capturados.

Hacer lo que tenga que hacer

En 2013, dijo que su compromiso con el país fue: “Voy hacer lo que tenga que hacer”, y los narcos sabían que no eran solo palabras.

Hernández aseguró que los Cachiros fueron los primeros narcos en entender que los buenos tiempos para los criminales terminarían si alguna vez él se convertía en presidente de la República.

«Antes de las elecciones de 2013, en el territorio que controlaban, dieron órdenes de que nadie votara por mí, y pueden ver los resultados en sus áreas de Colón, donde perdí en la mayoría de las urnas», comentó.

Pero a pesar de sus intentos, dijo que por la voluntad de Dios y con el apoyo de la mayoría del pueblo hondureño ganó las elecciones y los Cachiros sabían que para ellos había terminado su reinado de terror.

El gobernante dijo que diez días después de las elecciones de 2013, de acuerdo a un periódico de Estados Unidos, los Cachiros fueron a Belice, a una reunión que sus abogados habían acordado con el Departamento de Justicia y la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), para ofrecer entregarse a las autoridades estadounidenses.

Según el mandatario, se debe analizar por qué los Cachiros decidieron que su mejor opción, con él como presidente, era abandonar su imperio de mil millones de dólares, donde habían operado con impunidad y habían gobernado como reyes, matando, robando, traficando drogas, y viviendo una vida llena de lujos y opulencias, y que, en cambio, su mejor opción era pasar el resto de sus vidas en una celda en una prisión extranjera.

«Hoy los Cachiros y otros narcotraficantes, asesinos confesos, están negociando usando la llave mágica; dicen mentiras al afirmar que los narcos podrían hacer tratos conmigo», dijo.

Expresó que esas mentiras son parte de su venganza, pero si lo piensan ya se sabe que están mintiendo porque estos criminales tenían mil millones de dólares y si había un presidente que estaba haciendo tratos con narcos, ¿por qué decidirían diez días después de su elección abandonar su imperio para pasar el resto de sus vidas en una prisión extranjera?, insistió.

Enfatizó que los hechos son claros: los Cachiros se rindieron, al igual otros 15 se entregaron para negociar, y 24 fueron extraditados y 5 fueron capturados.

«Los Cachiros entendieron que, si querían un trato, entonces tendrían que hablar con Estados Unidos, porque yo no haría tratos con criminales. Se rindieron a Estados Unidos porque con mi Gobierno se les acabó la fiesta», manifestó Hernández.

La llave mágica

El mandatario remarcó que cuando los Cachiros fueron a Belice, pidiendo un trato, lo que Estados Unidos les dijo fue que solo conseguirían un trato si podían ofrecer un testimonio que produjera acusaciones criminales y condenas de otras personas.

Pero los Cachiros no tenían nada que ofrecer. Así que pasaron un año más, bajo su dirección y supervisión, operando en Honduras, traficando drogas, cometiendo crímenes, y (al menos según una versión periodística) matando gente en ese periodo, con la esperanza de que pudieran producir algo para que lo usaran los fiscales estadounidenses, y que produjera un trato para Los Cachiros, subrayó el mandatario.

Hernández se preguntó: ¿Qué querían que Estados Unidos les diera?

Y respondió: residencia en Estados Unidos y protección para sus familias, para poder quedarse con parte de su riqueza y activos criminales, y para ellos mismos una reducción de sus penas de prisión? (Y volveré al último punto, sobre una reducción en sus sentencias de prisión).

Y había una cosa más que querían los Cachiros: venganza. Querían venganza contra las instituciones, contra el presidente, los otros funcionarios y las instituciones que habían destruido su imperio criminal y que no harían un trato con ellos, prosiguió.

Y fue entonces, agregó Hernández, cuando los Cachiros descubrieron la llave mágica. Encontraron una solución que, creían, les permitiría vengarse, les haría bajar las condenas y al final produciría el colapso de las alianzas e instituciones que habían impedido que los narcos tomaran el control de Honduras.

Apuntó que los Cachiros llegaron a la conclusión de que podían utilizar testimonios falsos para hacer arreglos en Estados Unidos. Que si se determinaba que el testimonio era útil probablemente sería creído, incluso si no podían presentar ninguna prueba física o documental, así pensaron. Han confesado 78 homicidios, pero creen que sus palabras valen por sí mismas.

«Tendremos que ver qué pasa. Los Cachiros de la manera más obvia han estado mintiendo, repetidamente. No tienen ninguna evidencia que respalde sus mentiras. Los Cachiros aún no han sido sentenciados, y en teoría el sistema estadounidense no otorga beneficios ni reducciones de sentencias si el testimonio es falso; sin embargo, hasta ahora los Cachiros no han sido sancionados por mentir», externó el titular del Ejecutivo.

Al contrario, dijo Hernández, se han visto motivados a hacerlo para reducir sus condenas, que sus familias vivan impunemente en Estados Unidos y que se hayan quedado con una buena parte de sus sangrientas ganancias.

El evento crítico que se tiene por delante, y que determinará si la alianza contra el narcotráfico es sostenible o no, será ver si los Cachiros reciben reducciones en sus sentencias, a pesar de que han mentido, han cometido delitos y han confesado 78 muertes según una versión periodística.

«Si los criminales que han confesado 78 asesinatos (según una versión periodística, ya en proceso de negociación con la DEA, asesinaron a Juan Gómez) pueden recibir beneficios por mentir, significa que la llave mágica funciona, que en realidad puede realizar magia, en este caso magia negra», comentó.

Añadió que si los narcos han descubierto una llave mágica que pueden usar para obtener beneficios para ellos mismos y vengarse de los hondureños, con solo dar falso testimonio, eso cambiará todo.

El presidente Hernández preguntó: ¿qué líder hondureño estará dispuesto a arriesgarlo todo en la batalla para salvar a nuestro país de los narcos?

Advirtió que si los narcos logran que las autoridades estadounidenses, en esencia, ayuden a los narcotraficantes a vengarse de los operadores de justicia hondureños, y de los funcionarios que lideraron la persecución de los narcos, significará que tarde o temprano los sistemas de cooperación efectiva que se ayudaron a construir, que ha sido reconocido y elogiado repetidamente por Washington, inevitablemente colapsaron, y no solamente en Honduras sino que en varios países de las Américas.

Reducción de 87 % a 4 %

El titular del Ejecutivo indicó que trabajando con los aliados «construí un sistema que redujo el paso de cocaína del 87 % al 4 %,  algo sin precedentes, un éxito extraordinario, y esto no lo digo yo; lo dice el Informe del Comando Sur de Estados Unidos, lo dice el Departamento de Estado».

Solo este año recién pasado, 2020, de acuerdo a los datos de la Fuerza de Tarea Conjunta Comando Sur: en el año 2019, 80 toneladas; año 2020, 75 toneladas, para una reducción del 8%.

Además, el porcentaje en 2019, 4 %; y porcentaje en 2020, 3.73 %, de paso de droga por Honduras, destacó Hernández.

Resaltó que la persecución efectiva del crimen organizado ha resultado en 44 personas que se rindieron directamente a los Estados Unidos, fueron capturados o fueron extraditadas a los Estados Unidos.

Y lo más importante de todo, según el mandatario, porque la vida de los hondureños es preciosa, es que se logró lo que la mayoría pensaba que era imposible: reducir la tasa de homicidios a más de la mitad, casi un 60 %.

Remarcó que esas victorias tuvieron un alto precio, un número de 147 valientes policías, soldados y fiscales y jueces, que dieron su vida en esta lucha contra el crimen.

«Los narcos intentaron varias veces asesinarme. Ellos fallaron. Ahora quieren ver si lo que sus sicarios no pudieron lograr, se puede lograr de otra manera, con la llave mágica», refirió.

En el pasado los narcotraficantes poderosos en otros países, cuando apareció un combate frontal y serio contra ellos, lanzaron bombas, hicieron estallar carros, mataron magistrados, jueces, políticos, ciudadanos de a pie. Empezaron olas siniestras de terrorismo, añadió.

Sin embargo, dijo que hoy no están lanzando explosivos, hoy han encontrado formas más sutiles pero efectivas. Hoy practican un nuevo terrorismo; ofrecen testimonio en contra de quienes han luchado contra ellos, rinden testimonios para usar las leyes contra quienes las impulsaron, porque los llevaron de frente a la justicia.

Hernández advirtió que sería un precedente desastroso para Honduras y para toda la región el triunfo de este nuevo tipo de terrorismo, respaldado por la credibilidad inmerecida que se les otorga a personas cuya filosofía de vida es el ajuste de cuentas y no tienen nada más que perder.

«¿Quién, si ve triunfar esta nueva forma de terrorismo, hará las alianzas correctas, impulsará las acciones necesarias o reunirá el valor para enfrentarlos?», preguntó.

…………..

Una pregunta para que los votantes hagan a los candidatos:

En nuestro país ha comenzado la campaña electoral. Las elecciones internas suceden el próximo mes. Me queda poco menos de un año como presidente y hasta el último día lucharé contra los narcos.

Los votantes deben tomar nota de cuáles fueron los políticos que se opusieron a las duras y efectivas medidas, a las que se opusieron también los narcos, y que resultan ser los mismos políticos que hoy utilizan el falso testimonio de los narcos como parte de su campaña.

Para el pueblo honesto y honrado, patriota de Honduras, que ama a su país y no quiere que se convierta en un narcoestado, que quiere que el próximo presidente y Gobierno continúen la batalla contra el crimen organizado, tengo una sugerencia. Sugiero que haga una pregunta a todos los candidatos.

La pregunta es esta:

A los candidatos que piden apoyo para convertirse en presidente o diputado, la pregunta que se les debe hacer es esta:

¿Continuará nuestra lucha contra los narcos, la continuarán aun sabiendo que, si es efectivo, si envía dos docenas de narcos a los Estados Unidos, si limpia la Policía de  policías corruptos, si extradita, si confisca los bienes del criminal, si persigue a los narcos hasta que huyan de la tierra donde nacieron, si cortan a la mitad la tasa de homicidios y recuperan la esperanza en un país que había perdido la esperanza?

¿Harán esto aun sabiendo que entonces los narcos se vengarán de ustedes? ¿Y no solo que intentarán matarlos, sino que parte de su venganza será acusarlos absurda y maliciosamente de ser un narcotraficante?

La pregunta es saber todo esto: ¿seguirán haciendo lo que tengan que hacer por Honduras?

Cualquier candidato que esté dispuesto a decir que sí, merecerá su apoyo.

Muchas gracias y que Dios bendiga a Honduras.

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