Trump exige un alto el fuego con sanciones simbólicas contra Turquía

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Acorralado por las críticas, igual de afiladas, de republicanos y demócratas, el presidente estadounidense Donald Trump ha aprobado la imposición de sanciones –simbólicas de momento– a Turquía en respuesta a sus acciones “desestabilizadoras” en el norte de Siria.

La operación lanzada por Ankara es un peligro para la seguridad nacional y los avances logrados en la lucha contra el Estado Islámico, afirma el comunicado oficial, aunque paradójicamente fue facilitada por la decisión del presidente de dejar paso al ejército turco y, después, ordenar la retirada de todas las tropas estadounidenses en la zona. “No era responsable dejarlas ahí cuando los turcos iban a entrar” de todos modos, a pesar de haberles advertido que era “una mala idea”, defendió un alto cargo de la Casa Blanca durante una conversación telefónica con corresponsales.

Trump había amenazado con “sanciones devastadoras” pero las aprobadas hasta el momento van a tener un efecto limitado sobre la economía turca, a pesar de su delicado estado de salud. La orden presidencial firmada anteanoche permite a Estados Unidos castigar a una amplia lista de personas implicadas en las operaciones militares en Siria pero, por ahora, el Tesoro sólo va a congelar los activos y a prohibir la entrada en EE.UU. de los ministros de Defensa, Energía e Interior y Energía (Hulusi Akar, Fatih Donmez y Suleyman Soylu), además de sancionar, como instituciones, a los dos primeros ministerios. Por otro lado, Washington subirá del 25% al 50% los aranceles al acero turco, pero no ha aclarado cuándo entrarán en vigor ni ha anunciado ninguna medida que afecte al acceso de Turquía a los mercados financieros, lo que sí causaría problemas a Ankara y la lira.

“Para evitar nuevas sanciones (…), Turquía debe poner fin a su ofensiva unilateral en el nordeste de Siria”, advirtió en un comunicado el secretario de Estado, Mike Pompeo. El presidente Trump telefoneó el lunes a su homólogo turco, Recep Tayipp Erdogan, para pedirle “un alto el fuego inmediato” en Siria y ha enviado al vicepresidente Mike Pence a la región para negociar. Ankara, sin embargo, ha ignorado las sanciones y las peticiones de alto el fuego de EE.UU. y ayer prosiguió con su ofensiva.

El Congreso sigue indignado con las últimas decisiones de Trump. “El presidente ha desencadenado caos e inseguridad en Siria”, ha declarado la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, que considera que las sanciones “se quedan cortas para compensar el desastre humanitario” que ha creado con su decisión y se ha coordinado con el senador republicano Lindsey Graham para impulsar una resolución para anular la retirada de tropas ordenada por el jefe del Ejecutivo.

La abrupta salida de Siria es “una calamidad estratégica” con “catastróficos resultados” para los intereses de EE.UU. en la región, ha criticado el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell en alusión a cómo Trump ha regalado aparentemente una victoria estratégica a Rusia y sus aliados en la región, Siria e Irán, con su decisión de retirarse de la zona. Después de una semana de anuncios contradictorios, el secretario de Defensa, Mark Esper, confirmó el domingo que el millar de miliares estadounidenses que quedaban en el nordeste de Siria en apoyo de las tropas kurdas han recibido orden de retirarse completamente.

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