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Sabanagrande, es un lugar que se mantiene a través de la historia, sus calles empedradas, la estructura colonial de su iglesia te encantaran. Las calideces y el recibimiento de las personas del lugar te harán a que vuelvas pronto.
Este encantador pueblito queda ubicado a 42 kilómetros de Francisco Morazán, carretera al sur. Al conducir por la carretera podrás hacer una parada y degustar de sus deliciosas rosquillas, quesadillas, tustacas, entre otras preparaciones de los locales.
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Es un pueblo muy conocido de la zona ya que una de sus fuentes económicas es la venta de rosquillas, quesadillas y tustacas. Este municipio te ofrece productos hechos en casa con precios muy bajos y que sirven para apoyar a nuestros hermanos hondureños.
Su actividad económica también se basa en el cultivo de granos básicos, caña de azúcar, cítricos, café y hortalizas; crianza de ganado vacuno, equino, ovino y porcino; avicultura.
Por otra parte, su clima es muy agradable, pues está rodeado de mucha vegetación, es una verdadera experiencia. Es un clima justo para acompañarlo con una taza de café y rosquillas.
Es un sitio deslumbrante, puedes realizar diferentes actividades con la familia o amigos, siendo este el lugar perfecto para visitar cualquier día de la semana. Sabanagrande, un lugar para relajarte y salir de la monotonía del día a día.
Historia de Sabanagrande
Su fecha de creación no es exacta, sin embargo, el documento más antiguo que hace mención a Sabanagrande es una denuncia de tenencia de tierras, por parte del capitán español Felipe Núñez, registrada en el año de 1671.
En 1791, Sabanagrande ya figuraba como parte del Curato de Ojojona. En 1889, en el recuento de población; en la División Política Territorial de 1889, era considerado un Distrito, formado por siete municipios.
