Riesgos de la manicura semipermanente

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Las uñas son tendencia. Llevarlas perfectas es casi la norma en muchas personas. Y para ello lo más habitual es hacerse la manicura permanente o semipermanente. Incluso hay veces que se encadenan unas manicuras con otras sin darnos tiempo a observar cuál es el estado de nuestra uña. Y es que, ¿qué efectos tiene la manicura permanente sobre la uña? ¿Alteran las capas de la uña?

David Romero, dermatólogo del Hospital Quirónsalud Tenerife y Maria Antonia Pastor Nieto, dermatóloga del Hospital Universitario de Guadalajara y miembro del Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (Geidac) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explican a CuídatePlus cuáles son las principales consecuencias del uso de esmaltes permanentes.

Las uñas, espejo de la salud

La piel, pero también las uñas, pueden ser, en cierto modo, reflejo de nuestra salud. Ambos pueden mostrar signos de enfermedades internas, de efectos de fármacos, de alteraciones de las uñas, de infecciones, de onicodistrofias y de infecciones por hongos.

”También existen muchas enfermedades específicas de la piel que pueden generar alteraciones características en las uñas. Reconocer estos signos puede ayudar al diagnóstico. A la inversa, las alteraciones de las uñas pueden tener un importante impacto en la calidad de vida por lo que su tratamiento es vital para generar bienestar y salud”, explica Pastor.

La estructura ungueal, es decir, la uña, está formada por láminas que crecen de forma longitudinal desde la matriz, localizada justo debajo de la cutícula. El proceso de colocación de los esmaltes permanentes implica el limado de la superficie de la uña, el uso de alcoholes y la colocación del esmalte para la posterior aplicación de lámparas de rayos UVA o de luz LED. El uso frecuente de estas pinturas y de ese limado hace que la uña esté más frágil y que pierda grosor, lo que hace que se quiebre con mayor facilidad. Por eso Romero recomienda hacer descansos para que las capas de la uña se repongan.

Otros factores que pueden irritar la lámina de la uña son los disolventes que se utilizan para eliminar los esmaltes, apunta Pastor. Sin embargo, uno de los mayores riesgos que se están documentando sobre el uso de las manicuras son las alergias por contacto a los acrilatos, unas sustancias plásticas que se encuentran en los esmaltes y en otras uñas postizas de seda, de porcelana, acrílicas, de gel y de fibra de vidrio.

Reacciones alérgicas a los acrilatos

Y es que es cierto que el esmaltado permanente nos permite lucir unas manos bonitas durante dos o tres semanas, pero eso no significa que esté exento de riesgos, ya que como alertan ambos expertos ha supuesto un boom en la sensibilización a los acrilatos. Por eso es importante conocer sus riesgos.

Según un estudio en el que participó Pastor y que se publica en Actas Dermo-sifiliográficas, de la AEDV, los primeros casos de dermatitis alérgica de contacto por acrilatos se observaron en la aplicación de uñas de porcelana. Posteriormente, se ha producido un auténtico aumento de esta alergia por la presencia de acrilatos UV curables en los esmaltes permanentes.

¿Qué son los acrilatos? Romero explica que “los acrilatos son materiales plásticos formados por la polimerización de unos monómeros derivados del ácido acrílico. Los esmaltes semi o permanentes contienen acrilatos”. Cuando nos hacemos la manicura, y una vez limada la superficie de la uña, se colocan los esmaltes, que contienen monómeros de acrilatos. “Estas sustancias tienen un altísimo riesgo de sensibilizar y causar alergia”, añade Pastor.

Al introducir la mano en la lámpara de luz ultravioleta o LED el esmalte se solidifica al tiempo que se produce la polimerización de estos monómeros, convirtiéndose en moléculas más grandes y con menor capacidad de sensibilizar.

Así, el mayor riesgo de que esos acrilatos sean capaces de generar una alergia se produce al manipular el esmalte fresco o cuando el secado con la luz no se hace de forma adecuada, dice Romero, por eso es muy importante que se realice correctamente y por personal formado que, además, se proteja para no desarrollar esa sensibilización.

Fragilidad y deformidad

Hay que tener en cuenta que tanto las uñas acrílicas, como las de gel contienen acrilatos, así que si aparece una alergia, el problema aparece con cualquiera de las técnicas. Pero, además, en las uñas postizas, por ejemplo, los acrilatos se encuentran en los pegamentos para asirlas a la uña.

“Asimismo, todas las técnicas pueden dañar las uñas provocando fragilidad y deformidad. Recientemente se ha descrito que la alergia a los acrilatos podría tener un papel muy importante en las alteraciones de las uñas. Los procedimientos de retirada también contribuyen a esta deformidad, como por ejemplo la acetona empleada en los esmaltes permanentes y especialmente los tornos utilizados para la retirada de las uñas acrílicas”, añade Pastor.

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