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Tegucigalpa, Honduras
Tras caer el precio a casi 100 dólares en los mercados de Nueva York y Londres, el café se cotizó este 17 de febrero, a 156 dólares en la variedad arábiga, la del tipo que se cultiva mayormente en Honduras, siendo el más alto desde la crisis por la baja de precios.
Ello representará que los caficultores recibirán mejores precios y que el país reciba mayores divisas o neutralice la caída que registró el año pasado cuando se perdieron unos 700 millones de dólares en captación por la baja de los precios del grano.
El aumento de los precios del café en los mercados internacionales es provocado por una ola de calor en las regiones cafeteras de Brasil, el principal productor y exportador del grano del mundo.
Baja producción
Pero no sólo Brasil tiene problemas de producción, sino que Centroamérica y México registrarán bajas cosechas en la actual temporada del año cafetalero 2013-2014.
De acuerdo a la Organización Internacional del Café (OIC) los países centroamericanos y México sentirán en la actual cosecha los estragos hechos por la enfermedad de la roya en la cosecha anterior.
Mexicanos y centroamericanos representan el 11 por ciento de la producción total prevista en el actual año cafetalero, que comenzó en octubre de 2013 y concluye en septiembre de 2014, y en cuanto a producción arábiga se eleva a 18.6 por ciento, según el organismo internacional.
En cuanto a Honduras concretamente, se estima que la cosecha tendrá una baja de 1.5 millones de quintales.
La Asociación Hondureña de Exportadores de Café (Ahdecafe) estima que la producción será menor a los 4.5 millones de quintales. Por su lado, la OIC estima que la cosecha será de 4.2 millones de sacos de 100 libras.
Las autoridades hondureñas habían estimado en unos 6 millones de quintales la cosecha para el actual año cafetalero.
A lo anterior se suma el tradicional contrabando del grano hondureño hacia los países vecinos, que permite apuntalar las economías de Guatemala y El Salvador en cuanto a divisas.
Fideicomiso
Mientras a nivel interno hay una disputa entre productores, exportadores y dirigentes del sector por el uso y destino del fideicomiso que se aplica a cada productor con una deducción de hasta 9 dólares por quintal exportado.
Los pequeños productores y otros grandes han señalado que nunca han visto los beneficios del fideicomiso, por lo que reclaman su eliminación, de manera que los recursos se queden en las economías de los pueblos.
Los productores también les deducen un dólar por quintal para pagar un préstamo concedido por Taiwán. Además pagan 4.25 dólares por una variedad de impuestos.
Los productores señalan que tampoco son beneficiados por los intereses que deja el fideicomiso, que anualmente percibe de 800 a 1,000 millones de lempiras.