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Tegucigalpa, Honduras.
Una comisión delegada por la Rectoría ha iniciado una ronda de pláticas con los alumnos que se han tomado los campus de la máxima casa de enseñanza superior para hacer valer sus reclamos.
El hecho es que este acercamiento se ha vuelto tortuoso por varias razones: los protestantes están distribuidos en varios sectores, de tal forma que los mensajeros de la rectora, Julieta Castellanos, han tenido que elaborar y cumplir un extenso calendario de reuniones.
En segundo término, se deduce que las demandas de los jóvenes son tan amplias y diversificadas que, lo más probable, es que pasarán muchas semanas antes de que todos los pliegos de demandas sean revisados y conciliados.
Un tercer tema en consideración es que los estudiantes parecen No estar dispuestos a ceder en lo que concierne a la tabla de unidades valorativas que fue precisamente el detonante del conflicto.
Los grupos que ya se sentaron a la mesa instalada por las autoridades de la Alma Máter han manifestado que su petición es que sean anuladas las normas académicas que regulan el registro de clases.
Observadores de la vida universitaria estiman que las confrontaciones No hubiesen llegado al pico en que se encuentra si los actores No hubiesen tomado una postura inflexible y hubiesen acercado sus criterios desde el inicio.
El ex miembro de la Junta de Dirección Universitaria, Olvin Rodríguez, cuestiona que en la Universidad prime un mando vertical y concentrado, además de un desinterés porque docentes y estudiantes comprendan la visión del cambio del proceso de reforma.
El también experto en derecho laboral insiste en que los esfuerzos deben encaminarse a reconstruir el tejido social universitario mediante el diálogo con la nueva dirigencia del Sindicato de Trabajadores (SITRAUNAH) y de la Asociación de Docentes (ADUNAH).
El sociólogo y director de Educación Superior, Ramón Salgado, es de la opinión que el modelo de universidad pública empieza a enfrentar desafíos.
Uno de ellos es la masificación de la enseñanza superior, sumado a un fuerte avance de la globalización económica que demanda de nuevas profesiones y competencias, así como el surgimiento de las llamadas sociedades del conocimiento, sostiene Salgado en la exposición de su análisis.
Así como está el panorama en la Universidad, la inquietud surge en torno al porqué los actores del sistema educativo superior están en un embudo desplazando el objetivo de rescatar la academia en sus componentes de cobertura, calidad, pertinencia, evaluación, trabajo investigativo e innovación.