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Amor de lejos ¿felices los cuatro? A pesar de la poca fe que le ponen las canciones y algún dicho popular, una relación a larga distancia tiene muchas chances de sobrevivir si logra llegar a la tercera etapa del amor: la madurez, pues posee ventajas frente a las que se desarrollan cara a cara.
“La gente asume que mantener la intimidad de una relación a larga distancia es todo un reto; pero una investigación reciente sugiere que en éstas existe igual o aun mayor confianza y satisfacción que aquellas geográficamente cercanas”, informa un artículo publicado en la revista Journal of Communication.
La explicación es que en este tipo de relación “no se debe lidiar con el estrés diario de una convivencia, por lo cual la pareja se concentra en nutrir una perspectiva positiva, compartir cariño y admiración”. Además, la idealización del otro que inevitablemente se produce repercute en una mayor satisfacción mutua, y se hacen más esfuerzos por resolver problemas de forma saludable.
La distancia por sí sola no es un obstáculo para desarrollar un lazo amoroso funcional. Son ambos miembros de la pareja y su respectivo nivel de madurez y expectativas compartidas respecto al mismo lo que determinarán si es que este tipo de unión logra sobrevivir.
Aquí hay diferentes aspectos para tomar en cuenta que podrían ayudar a que una relación a distancia funcione:
Fijar rumbo
Antes de que una de las partes se vaya, definan el carácter que desean darle a su relación (si será seria o más bien pasajera).
Madurez
La pareja debe intentar llegar al amor maduro, antes de llevar una relación a distancia. Y éste solo llega después de superada la fase del enamoramiento, dice Bandín.
Paciencia
No te hagas ideas dañinas respecto a tu pareja si no te responde algún mensaje o llamada, mantén la calma. Los tiempos en una relación a distancia son diferentes.
¿Control?
Querer saber dónde está el otro o qué hace a cada momento es contraproducente. La libertad de experimentar debe ser mutua.
Detalles
Contar lo que se experimenta, así sean detalles, como qué se comió o qué se sintió frente a una determinada experiencia fortalecen la intimidad.
Enfoque
Concéntrate en los positivo de la experiencia. No gires constantemente en torno a la inseguridad y los celos, pues desgastan la relación, advierte Vargas.