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Se ha revelado que el príncipe Enrique realiza una solicitud específica cada vez que se aloja en un hotel, y se trata de un detalle mucho más importante que descansar en una habitación tranquila.
Según uno de los compañeros de polo del duque, Enrique ha criticado duramente el uso excesivo de plástico en los hoteles.
En una entrevista con CBS This Morning, el jugador de polo argentino Nacho Figueras recordó una ocasión en la que Harry le dijo a un hotel que estaba usando demasiado plástico y debería intentar reducirlo.
“Habló con un encargado del hotel y le dijo: ‘Esta mañana pedí un café y vi que tenía una cucharilla de plástico dentro. Luego, cuando envié mi camisa a la lavandería, me la enviaron envuelta en una gran bolsa de plástico’”, contó Nacho refiriéndose al momento en que se alojó con Harry una noche en un hotel antes de un juego.
“Así es él. No me gusta para nada hablar de ellos, pero él es así. Así son ellos. Le han declarado la guerra al plástico”.
Una pareja consciente
Meghan también pone su granito de arena para defender el medio ambiente.
La duquesa llamó la atención sobre la moda sostenible tras usar un par de escarpines negros en una playa de Melbourne durante la visita de la pareja a Australia el año pasado, los cuales estaban hechos de botellas de plástico recicladas sacadas directamente del océano.
Una enseñanza del príncipe Carlos
No es extraño que Enrique esté tan concientizado con el medio ambiente dado que su padre, el príncipe Carlos, defiende vehementemente la necesidad de combatir el cambio climático.
A finales del año pasado, Carlos reveló en una entrevista que le preocupa el impacto de los desechos plásticos en el planeta y cómo podrían afectar a sus nietos.
Durante la etapa en Ghana de su gira por África Occidental en noviembre de 2018, el príncipe Carlos dio un discurso sobre la amenaza que representa el cambio climático, la rápida urbanización, el agotamiento de los recursos y el uso desmedido del plástico.
“En un mundo tan cambiante e incierto, no podemos saber en qué tipo de planeta vivirán nuestros nietos y bisnietos, pero me parece que la Mancomunidad de Naciones nos ofrece una herramienta esencial para intentar que no sea un mundo envenenado y contaminado cuya vitalidad termine comprometida”, dijo el príncipe.
“Por tanto, se lo debemos a ellos, y a cada uno de los 2,3 billones de ciudadanos que forman la Mancomunidad de Naciones, debemos renovar y fortalecer nuestras asociaciones, usándolas para avivar las aspiraciones de cada generación”.