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Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Barack Obama, utilizó el término «horrendo» para referirse al ataque que tuvo lugar en una escuela de Peshawar, en Pakistán. El mandatario expresó que se trató de una obra de «terroristas depravados» y que Estados Unidos se solidariza con Pakistán en su lucha contra los extremistas y en las gestiones por la paz. Además, ofreció sus plegarias por las víctimas y sus seres queridos.
Por su parte, la cuenta oficial de la Casa Blanca publicó en Twitter un breve comunicado en el que condena fuertemente el acto:
Por su parte, el embajador norteamericano en Pakistán, Richard Olson, definió el ataque como «inhumano» y «sin sentido» contra escolares y educadores «inocentes» en una escuela de ese país, que ha causado la muerte de al menos 126 personas y ha dejado unos 80 heridos.
En nombre del pueblo estadounidense, el embajador transmitió en un comunicado sus condolencias y pésame a los familiares de las víctimas del «atroz» ataque, reivindicado por los talibanes.
«Pocos han sufrido más a manos de terroristas y extremistas que el pueblo de Pakistán», enfatizó Olson.
Por ello, consideró que sigue siendo «esencial» para Estados Unidos y Pakistán «continuar trabajando juntos para asegurar la paz y la estabilidad en la región».
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La matanza ocurrió en un colegio gestionado por los militares en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país. Comenzó antes del mediodía (sobre las 8.00 GMT) cuando 10 insurgentes vestidos con uniformes del Ejército irrumpieron en la escuela abriendo fuego y lanzando granadas contra niños y profesores, dijo el vocero de la Policía de Peshawar, Seid Wali.
Testigos presenciales explicaron a medios locales que los talibanes fueron de clase en clase disparando a los estudiantes.
El principal grupo talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), reivindicó el ataque y lo justificó asegurando que para el Ejército «nuestras familias son objetivos» en las operaciones militares lanzadas contra los insurgentes en las zonas tribales de Waziristán del Norte y Khyber.
El ataque de hoy es uno de los peores de los últimos años en el país asiático, que vivió a principios de noviembre un atentado que causó 57 muertos y 112 heridos en el puesto fronterizo de Pakistán con la India de Wagah.
El Ejército pakistaní desarrolla una campaña desde junio contra enclaves insurgentes en las regiones de Waziristán y Kyhber con continuos bombardeos y operaciones terrestres que, de acuerdo con fuentes oficiales, han causado más de mil muertos.