Pies sanos: cómo poder mantenerlos

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Lo principal pies sanos es llevar un calzado adecuado, cuidarse las uñas, mantenerlos siempre hidratados y sobre todo una buena higiene.

Para mantener unos pies sanos , la limpieza  de los pies debe ser con jabón y agua tibia y, posteriormente, se ha de realizar un buen secado que incluya las zonas interdigitales para evitar que se acumule humedad.

Calzado adecuado para unos pies sanos

El calzado debe ser cómodo, de material transpirable y suave, amplio y con una suela amortiguadora a la par que flexible. Esto evitará, de modo considerable, la aparición de rozaduras y ampollas.

Concretamente, respecto a la transpiración del zapato, se recomienda el uso de calcetines de hilo o lana, ya que las fibras sintéticas, aunque son más resistentes, retienen más la transpiración y además suelen ser más compresivas en la zona de tobillo, lo que no favorece la circulación venosa. Para la sudoración se puede optar por productos que regulan la transpiración. Existen los desodorantes (que no evitan la humedad, sólo desodorizan) y los antitranspirantes, que taponan en cierto grado los poros por los que sale el sudor, controlando así la humedad.

En niños

Se aconseja especialmente no heredar los zapatos ya utilizados (pues ya están deformados), que tengan una sujeción correcta y una puntera amplia y estén hechos de cuero para facilitar la transpiración. Es preferible evitar el uso continuado de calzado deportivo cerrado pues favorece la aparición de problemas cutáneos. Al llegar del colegio, es conveniente descalzarse y “airear” los pies así como asegurar la higiene diaria.

En adultos

Es conveniente hacer una buena inversión en un calzado ligero, flexible y, preferiblemente, de cuero, con suela delgada y flexible a nivel del metatarso (parte anterior del pie). No son aconsejables los tacones de más de 4 ó 5 cm.

Hidratación correcta

La piel del pie debe estar bien hidratada para evitar problemas de sequedad y así mantener unos pies sanos. Se recomienda aplicar cremas hidratantes, preferiblemente por la noche, para evitar aumentar la sudoración durante el día.  Además, el uso de una lima o piedra pómez en las zonas rugosas y ásperas de los pies un par de veces por semana puede ser de gran utilidad para eliminar la acumulación de hiperqueratosis (engrosamiento de la capa externa de la piel) o dureza de las mismas.

Cuidado de las uñas

Las uñas se deben cortar rectas para evitar que se introduzcan en el dedo provocando la uña encarnada, que causa dolor e inflamación. En personas diabéticas, ancianas y/o con uñas gruesas y difíciles de cortar, se puede acudir al podólogo para que decida la manera más adecuada de cortarlas. De hecho, se recomienda la visita al dermatólogo para la valoración de cualquier lesión en la piel o en las uñas.

Lo que debes saber

  • Los pies deben lavarse a diario con agua y jabón, y secarse bien.
  • Se recomienda no heredar zapatos utilizados, pues ya están deformados, y evitar el uso continuado de calzado deportivo cerrado pues favorece la aparición de problemas cutáneos.
  • La aplicación de cremas hidratantes, preferiblemente por la noche para no aumentar la sudoración durante el día, evitará problemas de sequedad.
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