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Los partidos de la primera división del fútbol chino se jugarán a puerta cerrada para reducir los riesgos de contagio del covid-19 antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno que se celebran en febrero en Pekín.
La decisión viene motivada «por la situación actual de prevención y de control del covid-19, para proteger a la salud pública», explicó en un comunicado en la noche del jueves la Superliga China (CSL).
La liga retoma el domingo en China después de un parón de cuatro meses para que los jugadores de la selección nacional se concentraran en los partidos de calificación para el Mundial de 2022.
A principios de 2021, decenas de miles de espectadores pudieron disfrutar en los campos de la vuelta de la primera división, después de la suspensión de la competición en 2020 por la epidemia.
La CSL determinará en una fecha posterior cuándo podrán volver los aficionados a los estadios, según cómo evolucione la situación con el covid-19.
China, donde apareció el covid-19 a finales de 2019, consiguió controlar la pandemia a base de medidas restrictivas radicales como poner regiones enteras en cuarentena, decretar confinamientos y el cierre casi total de fronteras.
Pero durante los últimos meses han ido aparecido focos esporádicos, por lo que las autoridades se esfuerzan en erradicar los riesgos de contagio antes de los Juegos.
Solo las personas residentes en China podrán asistir a los Juegos Olímpicos de inviernos. Los atletas estarán confinados en una «zona verde» de la que no podrán salir, y tendrán que someterse a pruebas diarias. Los no vacunados tendrán que mantener una cuarentena de tres semanas a su llegada a China.