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La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer la cuarta versión de la Guía Terapéutica y de COVID-19, misma que surge de la necesidad de proporcionar información confiable y actualizada en torno a los tratamientos para hacerle frente a la enfermedad del COVID-19. Asimismo, brinda recomendaciones en torno al uso de la ivermectina, considerando que esta no se debe utilizar en pacientes con COVID-19, al menos que sea en el contexto de un ensayo clínico.
La pregunta clínica de la guía es ¿Cuál es el rol de las drogas en el tratamiento de pacientes con COVID-19?; con el fin de informar a los médicos y a los tomadores de decisiones en el ámbito médico. Según la guía, la evidencia en relación a los tratamientos para el COVID-19 está aumentando de forma significativa y algunos tratamientos de beneficio comprobado también han emergido.
Es de señalar que la ivermectina, un agente antiparasitario que interfiere con la función nerviosa y del músculo, está siendo investigada como profilaxis en el contexto de la pandemia, pero la guía solo la aborda como un tratamiento para el COVID-19. Según la OMS, la ivermectina no es cara y es accesible, y algunos países han presenciado el uso de esta de forma amplia como tratamiento del COVID-19. Otros países sienten presión por utilizarla. Según la guía, aún no se tiene evidencia convincente de la acción de la ivermectina en el contexto del COVID-19. Es de señalar que la guía acomoda evidencia y recomendaciones dinámicas y actuales.
Los últimos resultados indican que la ivermectina fue recomendada según un estudio de red de metaanálisis sistemático que contrajo datos de 16 ensayos clínicos controlados (RCTs) con 2,407 participantes. Para la OMS los efectos de la ivermectina en la mortalidad, la necesidad de ventilación mecánica invasiva, la admisión hospitalaria, la duración de la hospitalización y el tiempo del aclaramiento viral aún son inciertos. La ivermectina puede incrementar el riesgo de eventos serios adversos llevando a descontinuar la droga y puede tener poco o ningún impacto en el tiempo clínico de mejora.
“El panel enfatizó el alto grado de incertidumbre en la evidencia en la mortalidad, la necesidad de ventilación mecánica, la necesidad de una admisión hospitalaria, el tiempo de mejora clínica y otros desenlaces importantes. El panel cree que los pacientes bien informados estarán reacios a usar un medicamento con alta incertidumbre sobre sus efectos”, se expuso en la guía.
Otros elementos
La guía, además de contener nueva información y recomendaciones en torno al uso de la ivermectina en el contexto del COVID-19, en sus consideraciones previas incluye una recomendación de corticosteroides sistémicos en pacientes con COVID-19 severo y crítico; una recomendación condicional en contra de los corticosteroides sistémicos en pacientes sin COVID-19 severo; una recomendación condicional en contra del remdesivir en pacientes hospitalizados con COVID-19; una fuerte recomendación en contra de la hidroxicloroquina en pacientes con COVID-19 ya sea moderado, leve o severo; y una fuerte recomendación en contra del lopinavir/ritonavir en pacientes con COVID-19 de cualquier severidad.
Esta nueva guía representa una innovación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dado la necesidad de una colaboración global que provea una guía confiable y evolutiva del COVID-19. La OMS se ha asociado con la Fundación Mágica de Evidencia de Ecosistema (MAGIC por sus siglas en inglés), fundación sin fines de lucro, con el fin de obtener apoyo metodológico, de desarrollo y diseminación de una guía de drogas para tratar y prevenir el COVID-19. Es de señalar que un grupo de Desarrollo de Guías Internacional (GDG) del cual forman parte expertos, médicos, éticos y metodólogos, produjo las recomendaciones siguiendo guías de confiabilidad y utilizando un abordaje de Calificación de Recomendaciones y Análisis, Desarrollo y Evaluación (Grade, por sus siglas en inglés).
Así como se proporcionan en la guía recomendaciones sobre la ivermectina, también se brindan en torno a la hidroxicloroquina, el lopinavir/ritonavir, el remdesivir, los corticosteroides sistémicos y la evidencia emergente. Es de señalar que la misma fue desarrollada por miembros seleccionados por la OMS en todas las regiones con un balance de género e incluyendo especialistas en enfermedades infecciosas, medicina pulmonaria, cuidados intensivos, cuidado de emergencia, cuidado primario y expertos en ética.
Contexto: tratamientos y vacunas
El 20 de marzo del 2021, más de 121 millones de personas a nivel mundial habían sido diagnosticadas con COVID-19 según las cifras de la OMS. Esta pandemia ha acabado con más de 2.6 millones de vidas y aunque algunos países del mundo han logrado una disminución en los contagios, otros países están experimentando nuevas olas de contagio. Aunque la vacunación ha tenido un impacto substancial en el número de casos y hospitalizaciones en algunos países, las limitaciones en el acceso global a las vacunas causan que las poblaciones permanezcan vulnerables.
Según la guía, aun en las personas que han sido vacunadas existe mucha incertidumbre en torno a la duración de la protección y la eficacia de vacunas en contra de las nuevas variantes del SARS-CoV-2 que están emergiendo. Ante esta situación, se necesitan tratamientos efectivos para hacerle frente al COVID-19. Por otro lado, la necesidad de investigar y la falta de información ha resaltado la necesidad de desarrollar una guía confiable y accesible para poner los nuevos descubrimientos en contexto y proveer recomendaciones claras para la práctica clínica.
Hasta ahora, más de 3,800 ensayos en torno a las intervenciones para tratar el COVID-19 han sido registrados o se están actualmente desarrollado. Destacan ensayos nacionales como internacionales, entre ellos Recovery, Ensayo Solidaridad, Discovery, REMAP-CAP y ACTIV. Estos ensayos están estudiando anticuerpos monoclonales antivirales e inmunomoduladores. Presencia Universitaria/Diario Roatán