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Goleada con sabor a revancha, Olimpia no tuvo piedad y comenzó con pie derecho su estreno en la II Copa Centroamericana de la Concacaf, tras derrotar 3-0 al CAI de Panamá, en un disputado y atractivo duelo, celebrado ayer en el estadio “Chelato Uclés” de Tegucigalpa.
A un año del empate 1-1 que prácticamente le costó la eliminación al Olimpia en la I Copa Centroamericana, el representativo local se tomaba este primer duelo ante CAI como una verdadera revancha y así lo confirmó el técnico Pedro Troglio, con la dupla ofensiva Bengtson – Arboleda desde el inicio.
Así las cosas y con estos condimentos, el albo se hizo de la redonda y de las acciones desde el pitazo inicial, no obstante, con criterio desordenado, porque aunque lo intentaba, todos sus avisos se iban largo, muy largo, de la meta encomendada a Eddie Roberts.
Con el frustrante empate, la desesperación parecía llegar a los de casa, no les quedó más que arriesgar y en esa instancia, tuvo que ser Michaell Chirinos, el que hiciera retumbar el escenario con un gol que decretaba el 1-0 cuando se jugaba el 30’.
En los minutos finales el cuadro panameño adelantó sus líneas, pero se repitió la tendencia de los locales en el ataque, que amenazaban con una segunda anotación.
COMPLEMENTARIA
Para la complementaria el técnico “vikingo”, Franklin Narvaez, intentó controlar a su oponente con un juego ofensivo, pero carecieron de puntería en sus disparos, la propuesta era poca y Olimpia fue controlando las acciones en busca de esa segunda anotación que le diera la tranquilidad.
Hay que reconocer que para el 70’, el local volvió a mantener la posesión de la pelota y dejaron ir opciones claras de gol, ante un visitante bien plantado en defensa, pero en espera de un contragolpe con sus recién ingresados, Valverde y Ruiz.
Sin embargo la llave de la tranquilidad la daría el recién ingresado, Ignacio Colombini porque al 76’, anotó el 2-0 que prácticamente sellaba la victoria.
Pero el “león” quería sellar con broche de oro su presentación y con el duelo casi finalizado, al 90+2’, una genialidad de José Pinto, decretó el lapidario 3-0 con el que Olimpia confirmaba su favoritismo ante un visitante que no tuvo ningún acierto durante los 90 minutos.
