Niña pide reforma migratoria en EEUU con ‘pañuelos de paz’

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Sin descuidar sus tareas, la niñita californiana Jersey Vargas pasó casi una semana, con una aguja en sus tiernas manos, ayudando a su madre a bordar pañuelos para entregarlos al presidente Barack Obama y a líderes del Congreso, para exigir una reforma migratoria.

«Vine a la Casa Blanca para hablar de una reforma migratoria, no tuve chance (oportunidad) de hablar con el presidente, entonces le dimos la servilleta (el pañuelo) a uno de los que estaban allí», explicó Vargas al salir de un acto en la Casa Blanca.

Con una madurez y soltura inusitadas para una niña de 10 años, Vargas habló con un enjambre de periodistas que la esperaba afuera de un edificio anexo de la Casa Blanca, que celebró el segundo aniversario del anuncio del programa de «acción diferida» (DACA).

El pañuelo blanco, bordado con las palabras «11 millones», «significa la paz y el amor… es por los once millones de inmigrantes indocumentados, que están separados de sus familias», observó Vargas, quien llegó a Washington, D.C. el lunes desde California, acompañada de sus padres y el abogado de la familia, Alex Galvez.

Preguntada por La Opinión si sentía miedo de hablar en público, Vargas aseguró que en marzo pasado, cuando viajó al Vaticano con un grupo de activistas, se preparó bien, sin descuidar sus tareas escolares. Vargas le habló al Papa Francisco de su padre, que afrontaba la deportación, y de otros miles de indocumentados.

«Así como tuve que escribir una carta para el Papa Francisco, aunque yo tenía que hacer mi tarea, siempre me preparaba… no me da miedo hablar en público, porque estoy diciendo mi historia …quiero que si mi historia llega a muchas personas, que ya nos den la reforma migratoria».

Vargas dijo que acompañó a su madre a comprar la manta y las agujas para preparar los pañuelos, destinados a Obama, y los líderes republicanos, John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, y a su «número dos», Eric Cantor. También bordó pañuelos para los legisladores demócratas Luis Gutiérrez, de Illinois, y Xavier Becerra, de California, para agradecerles a estos últimos por apoyar la reforma migratoria.

Explicó que su misión a Washington es «ablandarle el corazón» a Obama y también a Boehner, a quien intentará ver mañana jueves. Jersey no tiene cita y no está claro que Boehner la reciba, ya que en meses anteriores su oficina tampoco recibió a activistas de diversos grupos pro-reforma.

Alex Galvez, abogado de Jersey, dijo a La Opinión que el súbito activismo de Vargas y su salto a la palestra nacional se deben a que la niña «sabe que tiene una gran responsabilidad y se ha vuelto una voz de los niños que están sufriendo por un sistema migratorio que no sirve».

«Habló con el Papa y no pudo hablar con el presidente, pero al menos le harán llegar su pañuelo. Esto (la reforma) no es política, es una cosa de sentido común», puntualizó Galvez.

Mostrando el pañuelo que lucía en su brazo izquierdo, Vargas animó a la gente a que los use «en la mochila, en el cinturón, en cualquier lado», en señal de apoyo a la reforma.

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