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Cuando se ha escrutado casi el 90 por ciento de los votos correspondientes a las elecciones legislativas en Israel, la alianza liderada por el partido Likut, del actual primer ministro Benjamin Netanyahu marcha delante, pero no alcanza la mayoría parlamentaria.
En las cuartas elecciones en los últimos dos años, Netanyahu va obteniendo 59 escaños hasta ahora, pero se proyecta que ocupe en torno a los 56, sobre una base de 120 curules. Eso, contando con el apoyo de los sectores ultraderechistas y ultraconservadores, así como del derechista Yamina.
La nota relevante de la jornada la va dando el partido árabe Raam, separado de la Lista Unida árabe, fuerza política que debe obtener entre cuatro y cinco asientos en el Parlamento y que podría definir la mayoría parlamanetaria, sea que apoyen a Netanyahu o a sus rivales, un heterogéneo grupo de partidos y complejas alianzas.
Los conteos van confirmando al centrista Yesh Atid, de Yair Lapid, como segunda fuerza más votada y al centro izquierda del Partido Laborista y la formación Azul y Blanco de Beny Gantz, también con buenos números.
El Comité Electoral de Israel espera terminar el recuento de votos de los centros regulares est miércoles, pero todavía quedarían 450.000 papeletas de las llamadas de «doble sobre», correspondientes a diplomáticos, militares y contagiados de coronavirus y ciudadanos en cuarentena. No se esperan resultados definitivos hasta el viernes por la tarde.
La participación final de estos comicios fue del 67,2 por ciento, la más baja desde 2013, ya que acudieron a las urnas unos 4,4 millones de votantes de los 6,5 millones que tenían derecho al voto.
Israel eligió este domingo el nuevo Parlamento, de cuyo seno emergerá la próxima fórmula de Gobierno, un procesoq ue ha representado un verdadero quebradero de cabeza durante los últimos dos años, dado que ninguna fuerza se ha alzado con clara mayoría.