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Leo Messi no perdona más. El fichaje de un lateral derecho de primer nivel lleva posponiéndose mucho tiempo y lo necesitan de manera urgente. Nelson Semedo parece estar convenciendo un poco más estos últimos partidos, pero aún y así no es de clase mundial y en las grandes citas suele flojear, y tampoco tiene un sustituto de garantías en la plantilla.
En el pasado verano ya se dejó escapar la oportunidad de fichar a alguna estrella, pues en su lugar prefirieron ir con todo a por Neymar Junior y apostar por el joven Moussa Wagué, que había convencido a Ernesto Valverde. Y la apuesta no les salió del todo bien, como sabemos, pues el brasileño terminó quedándose en el Paris Saint-Germain, contra todo pronóstico, y el senegalés sigue inédito en esta campaña.
En enero no pueden posponerlo más, si el gran objetivo es conquistar la Champions League. Necesitan piezas de nivel en todas las demarcaciones, y más en la del lateral derecho, una zona de mucha influencia en el juego culé. Y nombres en la agenda hay de sobra, desde tapados como Ander Capa hasta galácticos como Joshua Kimmich, Trent Alexander-Arnold.
Sea quien sea, Messi pide a gritos un lateral. Obviamente, no es conformista y, si puede ser un ‘pata negra’, mejor que mejor. Pero también es consciente de que hay ‘overbooking’ en el equipo y que a día de hoy el margen salarial es escaso, por lo que tampoco se pueden hacer locuras. Pero al menos, pide un esfuerzo para aumentar la nómina de jugadores.
La solución más factible pasa por que jugadores con un rol secundario como Arturo Vidal, Ivan Rakitic, Jean-Clair Todibo, Moussa Wagué y compañía hagan las maletas y dejen dinero en las arcas y espacio libre. Algo que también entraba en los planes.