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Queridos Jean Francois Pierrecave, Andrea y Humberto Gaekel, Señor Presidente Juan Orlando Hernández, Doña Elvira Alvarado, y toda la familia Hernández.
Con mucho dolor me estoy dirigiendo a ustedes el día de hoy para darles mis profundas condolencias por la partida de vuestra esposa, madre, hermana, mi muy estimada Hilda.
No hay palabras para expresar el dolor que siento por su partida; puedo decir que tuve la dicha de conocerla y trabajar juntas por nuestro amado país. Además de ser una mujer apasionada por Honduras, siempre con el objetivo de ponerla en alto, era una mujer humilde, visionaria, fuerte y cariñosa.
Ella, como Promotora de Marca Honduras, lideró esta iniciativa de traer a Honduras a brillar al mundo para que todos conozcan las riquezas que tenemos en este país para atraer inversión extranjera, fomentar el turismo, las exportaciones y, sobre todo, el talento nacional, y así impulsar a todos los hondureños a salir adelante.
Muchos hablamos de lo que queremos pero pocos lo hacemos realidad, ella era de las que DICEN y HACEN, ella era una persona que tenía su misión clara, y sabía el legado que tenía que dejar. Una de sus expresiones favoritas era: “No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu falta se sienta”, y así es, su partida nos deja un gran vacío.
Hilda, tu partida nos ha dejado quebrados a todos, tu amor, entusiasmo, visión y perseverancia será extrañada, nuestra es la pérdida, tú has ganado el cielo.