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San Pedro Sula.
Se dice que “los niños son el futuro de un país”, pero en sus hogares no se les está enseñando hábitos saludables, por lo que ahora se observan muchos niños con sobrepeso u obesidad, y esto hace que tenga más riesgo de sufrir una enfermedad crónica como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y otros males.
Este no es solo un problema en Honduras, sino que a nivel mundial, el acceso a comidas ricas en grasas saturadas, harinas y azúcares; y la falta de ejercicio está condicionando a infantes, adolescentes y adultos jóvenes a ser obesos. Para frenar este problema la clave es hacerlo en casa. Los padres deben mejorar la alimentación de sus pequeños y adolescentes.
Inculcar desde la niñez un estilo de vida saludable a partir de aspectos prácticos a seguir en estos pilares: alimentación, tiempo de estudio y ejercicio.
Vigilancia.
La nutricionista Raquel Tejada comenta que “la base está en el equilibrio, es necesario promover una alimentación balanceada que incluya todos los grupos de alimentos, así como la práctica constante de actividad física”.
Recomienda distribuir las comidas entre 5 y 6 raciones por día: 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y de 2 a 3 meriendas de pequeñas porciones entre una comida y otra. Al momento de ingerir sus alimentos, es mejor hacerlo en familia, para que el niño no se sienta solo e ingiera alimentos de más.
La actividad física se debe realizar cinco veces a la semana. Puede practicar un deporte en especial. Y programe actividad junto con la familia para el fin de semana.
Educación
Es importante establecer rutinas de estudio, esto ayudará a los niños y adolescentes a mejorar su autoestima. Josefina Cruz Costilla, psicóloga clínica infantil, de México, ofrece las siguientes sugerencias: al llegar a casa, coman, reposen de 15 a 20 minutos y luego inicien con sus deberes escolares.
La tarea no debe alargarse más de 60 minutos si son de primero a tercer grado de primaria.
A partir del cuarto año se agrega media hora al tiempo de estudio.
Alejarse de cualquier estímulo distractor, como celulares, tabletas, computadora y televisión.
¿Cómo hacerlo?
El ejercicio no solo ayuda a mantener un peso y buena salud, sino que proporciona un bienestar emocional. El ejercicio físico suscita un estado de ánimo positivo, disminuye los niveles de estrés, y promueve un mayor nivel de socialización.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños jueguen con sus dispositivos solo una hora al día.
No realizar la tarea en la noche porque el menor ya estará cansado y no podrá hacerla con concentración.
Terminar temprano las exigencias escolares, puede añadir 40 minutos de activación. Salir a caminar, jugar tenis o trotar.
Debe acostarse a las 7:30 pm, en promedio, y levantarse a las 6:00 o 7:00 am para lograr una sueño adecuado.
Dieta balanceada
La nutricionista Danori Carbajal indica que una buena alimentación se adquiere en casa. Recuerde que los niños son buenos observadores y si ven que papá y mamá comen verduras y vegetales, ellos también lo harán.
Las porciones de alimentos para niños se establecerán dependiendo si son lactantes, preescolares y escolares.
Lo más importante es que el menú de los niños debe ser saludable, aportar alimentos en cantidad adecuada ni mucho ni menos, sino que proporcionando al organismo lo que necesite.
Los alimentos deben ser variados, moderados y armónicos, se logra creando nuevas preparaciones texturas, lo que contribuye a incentivar a los niños a conocer y acostumbrarse a una variedad de alimentos.
La primera comida.
El desayuno es el más importante tiempo de comida del día. Durante el sueño el cuerpo utiliza reservas de nuestro cuerpo para mantener sus funciones normales.
El desayuno es por lo tanto indispensable para que podamos restaurar las reservas de glucosa y tengamos un día con más energía. Para que los niños no se vayan a la escuela sin desayunar, haga un menú de desayuno semanal o planifíquelo una noche antes.