Llegó la hora del cambio en el sistema carcelario, anuncia el presidente Hernández

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Tegucigalpa, Honduras.

Llegó el turno de los cambios para poner orden en el sistema penitenciario y evitar que desde las cárceles se ordene la ejecución de asesinatos y otros delitos, anunció hoy el presidente Juan Orlando Hernández.

El gobernante señaló que “como muchos de los cambios que se han venido impulsando en el país, y lo seguiremos haciendo, hoy le toca el turno a los centros penales de Honduras, al sistema carcelario”.

“Cuando diseñamos el proceso de cambios en Honduras, iba a llegar este momento y uno de los requisitos para poder implementar los cambios en los centros penitenciarios era tener las instalaciones físicas acorde con la dimensión de las acciones delictivas que está afrontando la sociedad”, dijo el presidente Hernández a Radio América.

“No pueden ser las mismas cárceles que se han construido en el país desde los años 50, 60 y 70… porque ahora el nivel de peligrosidad y el nivel de confabulación, de perversidad, asociado incluso con el uso de familiares”, ha aumentado, dijo.

Aseveró que incluso muchos familiares “no saben el tipo de mensaje que están llevando hacia afuera y en muchas ocasiones llevan órdenes para cometer asesinatos o actos delictivos”.

Explicó que los cambios tienen que ver con un sistema en el que el privado de libertad, efectivamente esté privado de libertad, “que tenga restricción de la libertad para su propio beneficio, para que no vuelva a delinquir y que no vuelva a ser miembro activo de un grupo delincuencial”.

Se oponen a nuevas medidas

El titular del Ejecutivo lamentó que grupos de derechos humanos del país se opongan a las nuevas medidas de seguridad que implementará el Gobierno en los próximos días en las cárceles.

“Yo no sé si los que ahora se oponen a este tipo de cambios en el sistema carcelario saben las verdaderas dimensiones de lo que allí sucede y se planifica desde ese lugar”, apuntó Hernández.

“Sabíamos que iba a llegar este momento, así como comenzamos con los escudos aéreos, terrestres y marítimos, para poder lanzar una ofensiva contra el mundo criminal del narcotráfico, porque es el principal causante de las muertes y la violencia en el país”, manifestó.

Escuela del crimen

Hernández apuntó que, “al bajar el nivel del tráfico de drogas, bajó considerablemente el índice de muertes y la ola delictiva del país”, logro que “se ha reconocido dentro y fuera del país, pero sabíamos que esta ola entonces se iba a centrar en el tema de la extorsión”.
El mandatario insistió en que este es el momento de poner orden en los centros penales del país y que sería un grave error obviar este tema de seguridad.

Indicó que los centros penales “se han convertido no solo en escuelas del crimen sino en centros de operación del crimen”.

Reconocimiento

El presidente Hernández destacó el esfuerzo y empeño de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), la Dirección Policial de Investigaciones y la Fuerza Nacional Antiextorsión, entre otros entes de seguridad.

Pero informó que se ha comprobado que algunos presos les dan mensajes desde la cárcel a una madre, una hermana u otro familiar, y “estos piensan que están llevando un recado normal, que no implica un saludo normal u orientación; al descifrarlo la otra persona eso indica que lleva la orden de ejecutar un acto criminal”.

“Desde allí se ordenan asesinatos, acribillar a las bandas contrarias por pelear territorio; si no se entiende eso, no se va a entender la necesidad de que quien está recluido, está privado de libertad, debe estar privado de libertad”, enfatizó.

Medidas selectivas

Asimismo, el presidente Hernández subrayó que un privado de libertad no debe tener esas facilidades dependiendo de su peligrosidad.

Anunció que “habrá reclusos que no son parte de un grupo delincuencial, que no matan a otras personas; entonces, pueden ser considerados reclusos normales y hasta se les puede dar algunos beneficios”.

Pero “el Estado no puede más que aislar absolutamente a una persona que desde la cárcel ordena que se ejecuten actos delictivos o crímenes contra personas”, sentenció Hernández.

Al respecto, profundizó en que “las medidas tienen que ser selectivas, porque en los mensajes que se han enviado desde las cárceles, por medio de las cabinas telefónicas que allí existen, se ha comprobado que tienen una serie de códigos, que al ser descifrados se entiende que es una orden de cometer actos delictivos de los más salvajes y sanguinarios”.

“Por eso nos hacemos la pregunta: ¿El Estado debe quedarse de brazos cruzados dejando que eso pase a pesar de que se ha comprobado que existen esos códigos?”.

Agregó que “yo, Juan Orlando Hernández, creo como ciudadano y servidor público que tenemos que aislar a esas personas por completo y el Estado cuenta con la infraestructura que antes no contaba” para ello.

“Yo quiero aclarar algo: yo, por formación personal, creo en los derechos humanos, pero no puedo aceptar que los derechos humanos no protejan los derechos humanos de las víctimas”, afirmó.

Hernández recordó que las víctimas son “miles y miles de compatriotas que están trabajando arduamente”, a las que “estas bandas criminales operan desde las cárceles con confabulación de los que están afuera y les van a quitar el fruto de su trabajo diario”.

“No es posible que no vayamos a creer que los derechos humanos no deban de proteger los derechos de las víctimas”, acotó el presidente Hernández.

Vamos a quitarnos la máscara

“Aquí el que se quiere engañar es porque se quiere engañar, vamos a trazar una línea y quitarnos la máscara todos. Quienes nos apuntamos en proteger la vida, en proteger la actividad bien hecha, licita, de los hondureños o queremos algunos amparados proteger a gente que quiere seguir delinquiendo”, señaló.

En ese sentido, adelantó que el Estado tiene que actuar y hacer lo que se tiene que hacer y es proteger a la gente de Honduras.

Sobre el tema de las llamadas telefónicas que se realizan desde los centros penitenciarios, agregó que “hay una investigación que se está haciendo y se ha encontrado que en las viviendas cercanas a las cárceles vía internet o router, salen (esas comunicaciones); ahí desgraciadamente existe esa comunicación, pero usan un lenguaje que va en códigos que cualquiera que no conoce las claves no va entender”.

“Lo bueno es que se ha detectado una serie de personas que pueden descifrar y le permiten a las autoridades un mapa muy completo”, añadió.

“Me eligieron con el compromiso de trabajar y poner orden en el país y eso significa poner orden en la cárceles”, puntualizó.

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