En estos casi dos años de pandemia, nuestras relaciones sociales han cambiado… y podemos ver que muchas actividades típicas de esta época navideña han comenzado a realizarse de manera abierta a toda la población, y que la protección contra la COVID-19 se ha vuelto una responsabilidad individual.
Por eso, debemos recordar que nuestras acciones y comportamientos durante estas fiestas se traducirán en la evolución de la curva de ingresos hospitalarios y decesos por esta enfermedad; es así, que debemos tener una palabra en la mente: PREVENCIÓN.
Las medidas de prevención que dependen de nuestra actuación individual o colectiva como ciudadanos comprenden mecanismos físicos (como las mascarillas) y químicos (como son los desinfectantes): son medidas conductuales, no farmacológicas.
Es así que consideramos importante hacer un resumen de estas medidas, con la regla de las tres M:
- mascarilla
- metros de distancia, y
- manos.
Todo ello, con grandes dosis de precaución y responsabilidad, para protegernos y contribuir a proteger a los demás.