La Luz del Mundo da la bienvenida al Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García

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Guadalajara Jalisco México.

Fervor espiritual vivieron los cristianos de la Iglesia La Luz del Mundo, reunidos en la sede internacional en Guadalajara Jalisco, al darle la bienvenida en el inicio de su Ministerio apostólico al Apóstol de Jesucristo, hermano Naasón Joaquín García.

Los cristianos presentes iniciaron el culto de alabanza y adoración a Dios, jornada de oración en la que participaron activamente los coros de diferentes países de los cinco continentes quienes se unieron a una sola voz a cantar el himno triunfal de los ángeles como ejército en orden “Soy yo soldado de la cruz… después de la batalla Dios nos coronara, Dios nos coronara”.

Alrededor de las 2:43 am, del pasado 14 de diciembre, cuando la alborada daba la bienvenida a la luz de la mañana, Dios preparó el momento y el corazón de millones de fieles, manifestando Dios en un acto soberano, el nombre de quien era su elegido, el que ha de dirigir la Iglesia de Cristo, el inicio de una nueva era; su nombre fue conocido por todos, es el Apóstol de Jesucristo, hermano Naasón Joaquín García.

Dios manifestó a la Iglesia Universal, lo que el día 08 de diciembre de 2014, Jesucristo el hijo de Dios, había elegido y llamado en un acto soberano y exclusivo de Él, al Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García, llamamiento donde no intervino decisión humana, más que la divina de Dios y su hijo Jesucristo que ya lo tenía predestinado y escogido, desde antes de su nacimiento, Jeremías 1:5.

Posteriormente, a esta manifestación de Dios a la Iglesia Universal, el Apóstol de Jesucristo, Naason Joaquín García, al tomar su ministerio, elevó una oración fervorosa a Dios, junto con la Iglesia presente y los millones de fieles, que seguían la transmisión en 50 países de los cinco continentes.

Al término de la oración, su madre la hermana Diaconiza Eva García de Joaquín, su esposa la hermana Alma Zamora de Joaquín e hijos, sus hermanos y los miles de pastores y misioneros de diferentes países del mundo, le abrazaban en Cristo Jesús en aceptación a su elección Apostólica, dando muestras de adhesión en el inicio de su ministerio Apostólico.

En seguida dio su primer mensaje Apostólico el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, quien dijo; “Que la paz y la gracia que es en Cristo Jesús sea con ustedes, seguro se halla el aprisco, la elección ha venido de Dios, manifestada a la Iglesia universal, Cristo me ha entregado a vosotros, Dios ha sellado en vuestros corazones ese pacto espiritual… hoy comienza una nueva era de triunfos, de victoria y de Gloria para Dios”.

Agrego; “No estábamos solos, solo era una pausa, Ustedes son trabajo de Samuel Joaquín, ¿ministros e Iglesia aceptáis mi ministerio?, ¡Iglesia de Cristo creed en Jesucristo y seréis salvos creed en su Apóstol y estaréis seguros!” mientras disertaba su mensaje apostólico ministros e Iglesia, glorificaban a Dios con gloria a Cristo y en un amen confirmaron la manifestación gloriosa de Dios en su enviado.

Así mismo describió las palabras de Cristo en el deseo de Dios de llamarle para guiar a su pueblo fueron estas; “Y estaba yo pidiéndole al Señor su consuelo, cuando oí una voz muy fuerte, una voz como estruendo, como corriente de muchas aguas y esa voz me decía: “¿Porque me pides consuelo? Si tú has de consolar a mi pueblo…Y él me decía: Naasón Tu estarás al frente de este grande pueblo, y hoy lo vez grande, pero yo lo voy a multiplicar, tu razón y tu mente no podrán imaginarse lo grande que será esta Iglesia que tu padre ha trabajado”.

Al tiempo que agradeció a todos los presentes y dijo; “Dios les pague por venir a despedir y a honrar la memoria del Apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores, a quien Dios lo llamo al descanso de los justos el 08 de diciembre, tras 50 años de trabajo Apostólico de llevar el evangelio de Cristo a 50 países, hoy el ministerio de Samuel Joaquín vive, mi vida ahora es para ustedes y muy pronto iré a visitarles a todos los lugares”.

Despidiéndose con la alabanza, “Soy yo soldado de la cruz, después de la batalla Dios nos coronará, en aquella Santa Sion…”, luego de la alabanza eleva a Dios, la Iglesia universal se fundió en una oración espiritual, mientras los coros de miles de voces de todo el mundo magnificaban a Dios, creando un ambiente de paz, fraternidad y fervor cristiano.

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