La joven escritora Thiara Marcell será invitada a la VII edición del Festival de Poesía de los Confines
Por Omar Cruz
En Honduras, las nuevas voces de la poesía siguen sonando con mucha fuerza y poder demostrando que, hay una generación de poetas jóvenes dispuestos a fraguar una literatura renovada, con poéticas actuales y otras más bien emergentes que se acercan a la ternura, la ausencia y el resurgir del artista que ha decidido entregar una parte de su vida al hermoso oficio de escribir. Una de esas voces potentes es la de Thiara Marcell. Una joven poeta, estudiante en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras que recientemente se ha ganado el primer lugar en el “I Premio de Poesía Amanda Castro” convocado por la carrera de Lengua y Literatura de dicha universidad, la Editorial Efímera y El Festival de los Confines. Este galardón que hoy recibe la joven poeta a parte de ser la suma de mucho trabajo, esfuerzo y dedicación también le permitirá formar parte de la VII edición del Festival de Poesía de Los Confines en donde compartirá junto a otros autores de talla internacional y de nuestro territorio que se reúnen del 26 al 30 de Julio en la ciudad de Gracias y Copán Ruinas.
Thiara es una joven que se gana los aplausos no solo por este premio, sino también por su apoyo hacia otros escritores, su humildad y sencillez que la llevan a crear mundos aparte en donde otros pueden entrar, tomar un café y sentarse a compartir junto con ella. La joven escritora nos ha dado sus primeras impresiones luego de saber el veredicto y en esta entrevista vamos a conocer un poco más de ella y su obra.
¿Cómo te sentiste al darte cuenta que tu poemario fue el ganador?
—Me sentí emocionada, como si fuera un sueño, un sueño cálido. Y agradecida con Dios, sobre todo, ya que sin Él no estaría donde estoy. También pude sentir en lo más profundo de mi ser, la felicidad de esa pequeña niña de 8 años, tratando de decirme “lo logramos.”
¿Cómo empezaste a escribir poesía?
—La veía como algo académico, pensaba que solo los profesores sabían de poesía. La primera vez que leí un poema fue a mis 13 años y no fue nada especial ni tampoco despertó mi curiosidad. Fue por una profesora de español que me ofreció cinco puntos a cambio de recitarlo, el poema era; “Poema de La Despedida” de José Ángel Buesa. Me lo aprendí, y no sentía nada cuando lo leía, porque seguía pensando que tenía que ser culta para poder opinar del poema. El día que lo recité, fue extraño, los compañeros se quedaron en silencio, y yo también. Y fue raro porque ese silencio me hizo sentir satisfecha. Y una voz me decía que tenía que seguir recitando, y lo hice, en cada evento me emocionaba recitar. Y no fue hasta en 2018 cuando tenía 16 años, que me animé a escribir, Justo un mes antes de perder a mi amigo Diego, quien fue mi primer lector. Su muerte me marcó la vida, mi vida poética, ya no solo me animaba a escribir, también me acobijé en la poesía.
¿Qué o quién motiva a Thiara Marcell a escribir a este nivel en el que hoy lo hace?
—Crecí en un ambiente donde si decías que tu sueño era ser artista, algunos te dirían “lindo sueño, aunque vas a morir de hambre porque los artistas no ganan nada” y por muy triste que suene, los malos comentarios me motivaban a masticar aún más la poesía porque sentía la necesidad de hacer arte, no de darle importancia al dinero sino de expresarme con las palabras y recitarlas rugiendo, de demostrar que el arte jamás es ordinario, y que la nueva generación de poetas a la que pertenezco, necesita ser escuchada y ser tomada en serio.
¿Quiénes son tus referentes en la poesía?
—Puedo decir que mis referentes son; Roberto Sosa y Gioconda Belli. Roberto Sosa porque sus letras me hacen sentir que puedo abrazarme incluso si la muerte siempre me espera, sus poemas me transmiten paz, no tengo que fingir que todo estará bien, me siento comprendida. Y realmente sus poemas me inspiran a escribir no solo para lectores sino también para mí misma. Y Gioconda Belli porque pienso que es una poeta soñadora, sus versos apasionados me despiertan el cuerpo y las manos para seguir escribiendo poemas de amor o desamor sin importar el dolor de escribirle a alguien que ya no te quiere.
¿Cuáles son tus sensaciones ahora que sos la ganadora?
—Me siento abrazada por mis lectores, sé que me hace falta mucho por recorrer, y que apenas es un comienzo. Pero quiero entregar con cariño y dedicación mis sentimientos, y mi perspectiva del mundo a mis lectores. No quiero entregar palabras que no sean honestas. Por eso me siento abrazada, porque sé que muchos están felices de verme triunfar y yo estoy feliz de que me lean y no se sientan solos.
¿Tenés el apoyo de tu familia en este camino que estás tomando?
—Claro que sí, aunque fue un poco difícil convencerlos ya que al principio pensaban que abandonaría los estudios por la poesía y que al final la poesía se convertiría en un pasatiempo. Pero poco a poco al ver que me sumaba a la difusión de la cultura en Honduras, me dejaban navegar cada vez más en el arte.
¿Por qué decidiste acercarte al oficio de escribir?
—En realidad mentiría si digo que solo lo hice para sanarme de las heridas, también lo hice porque escribir es de los talentos que más trato de pulir, porque soy más valiente y dedicada cuando escribo, y tiendo a pensar que no soy buena en otra cosa que no sea escribir. Pero puedo decir que nunca me acerqué a la poesía para convertirla en algo material y superficial, era más que todo buscar un rincón para compartir mis anécdotas, y desahogarme de los desastres que he vivido.
¿Por qué crees que es importante que las juventudes se acerquen a la literatura?
—Porque nos invita a plasmar la naturaleza humana, a compartir y cambiar nuestra perspectiva y no quedarnos con solo una idea. Pienso que la literatura es un regalo que a veces no sabemos apreciar, es como una máquina del tiempo, un espejo que nos refleja que no estamos solos y que podemos aprender lecciones de vida a través de las experiencias ajenas.
¿Qué le dirías a esas chicas que están afuera y temen dar a conocer su arte?
—De todo corazón les digo que no cierren los ojos, que no permitan que hablen de sus límites, nadie puede ponernos límites. Podemos deshacernos y construirnos cuando queramos, a través del arte. Y que temer es parte de la vida, no siempre seremos valientes pero habrán puertas que tendremos que decidir si abrirlas o no.
¿Cuánto tiempo te llevó escribir este poemario?
—Diría que 5 años, porque hace 5 años comencé a escribir, y desde el primer momento que abrí mi cuaderno, supe que estaba hilando un poemario. Sin embargo, no me sentía segura con mis escritos, entonces decidí detenerme y explorar aún más el mundo de las letras. Y hace 2 años, cuando me invitaron a ser parte del Colectivo Letra Ele, supe que mis escritos carecían de versos precisos. Todavía me faltaba percibir la realidad. Por eso agradezco al Colectivo Letra Ele, mi hogar poético, por permitirme reír, llorar y crecer en las palabras.
¿Volverías a ser poeta en otra vida. Por qué?
—A veces me siento desesperada de tanto pensar en versos. Si camino a la pulpería y veo a un gato pasar en medio de mis piernas eso significa que escribiré 5 poemas sobre el suceso. Y es tan triste ver a un niño que come migajas en las calles y regresar a la casa y escribirlo en una utopía, porque sé que ese niño sigue allí sin saber que le escribieron, sin saber que no puedo hacer nada más que escribirlo y recordarlo en versos. Sin embargo, a pesar de sentirme así algunas veces, claro que sí, siempre le abriría las ventanas a la poesía, porque se trata de mejorar este mundo poco a poco.
¿Cuál es el tema principal de tu obra y cómo se llama?
—Creo que el tema principal de mi obra es RESURGIR, porque cada vez que escribía un poema, mi alma poética podía morir y luego resurgir en el siguiente. Por lo tanto, traté de contar una historia, mi pequeña historia en Tegucigalpa “Descalza por Tegucigalpa”
¿Por qué poeta y no pintora o narradora?
—Esa respuesta creo que nunca la sabré, y solo Dios la sabe. Y como dijo el poeta Roberto Sosa, Una vez que nacimos con la vocación y la descubrimos no podemos detenernos. “Una vez que se descubre, como cuando una persona se descubre alcohólica, toma un trago y no puede dejar de tomar nunca más, tiene que tomar siempre hasta el final. Se descubre como alcohólico, se descubre como ladrón, como estafador, como pintor, como policía. Se descubre como un poeta, como un escritor” Roberto Sosa.
Supongo que ya está en mi naturaleza el querer ser poeta porque yo he intentado dedicarme a otras ramas del arte pero ninguna me llama por mi nombre, como lo hace la poesía, lo cual sigo sin entender. Pero creo que no necesito entenderlo, solo vivirlo. Aunque no descarto la idea de seguir intentando con otras ramas del arte, estoy interesada en la danza o en la actuación, por ejemplo.
¿Cómo te sentís ahora que también serás invitada al Festival de Poesía de los Confines?
—Me siento nerviosa, porque soy una No poeta que apenas está descubriendo este mundo de las letras. Pero al mismo tiempo me siento feliz porque sé que nosotros los jóvenes tenemos mucho por decir. También me siento muy agradecida por la bienvenida que muchos de los poetas me han dado. Realmente les doy las gracias, desde ya estoy motivada a continuar creciendo en las letras.
Algunas palabras que te gustaría decir o dedicar a tus seres queridos.
—Los quiero mucho. Gracias por recogerme cuando me ven llorando de frustración. Les pido disculpas si continuo despertándolos en medio de la madrugada con el sonido del teclado de la computadora, o con el sonido de lápices y páginas. También les pido disculpas si le he dado más prioridad a mi carrera artística. Pero es que escribir es lo que me hace ser quien soy; sensible, risueña, y estrafalaria. Les dedico este premio.
En el siguiente link podrán leer el acta de los jueces y las razones por las cuales la obra de la poeta fue seleccionada entre un número bastante robusto de participantes: https://blogs.unah.edu.hn/dircom/poemario-descalza-por-tegucigalpa-gana-premio-universitario-de-poesia-amanda-castro#.ZGTs4AKiz0E.whatsapp