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Tras su divorcio de Kim Kardashian, que coincidió además con el inicio de las labores de promoción de su nuevo disco, Kanye West hizo las maletas y abandonó la lujosa mansión de Hidden Hills que habían compartido hasta entonces con los cuatro hijos que tienen en común.
Desde aquel momento, el rapero se había alojado provisionalmente en distintas localizaciones, incluido el estadio Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, pero parece que ahora estaría listo para instalarse en su propio hogar.
Tratándose del músico, no podía conformarse con una casa normal de soltero y, en su lugar, habría adquirido un verdadero búnker en Malibú por algo más de 57 millones de dólares, según informa el portal Dirt.com.
El diseño de la propiedad corrió a cargo del arquitecto Tadao Ando en 2013 y ofrece un aspecto muy sobrio desde el exterior, con una fachada de hormigón que, a pesar de encontrarse a pie de calle, garantiza una intimidad total. Las vistas de la zona están garantizadas gracias a la cristalera que se abre al jardín trasero, orientado hacia la playa.
Sin duda, esta vivienda de cuatro habitaciones y cinco baños supone un cambio radical en comparación con los lujos de los que Kanye disfrutaba en su antiguo hogar familiar de ocho dormitorios, que había decorado para convertirlo en una especie de ‘monasterio futurista’.