A Jon Bernthal le gusta pasearse con la muerte. Si The Walking Dead le dio la fama interpretando a Shane en las dos primeras temporadas, el personaje de Frank Castle al que ahora da vida en The Punisher (que estrenó hace unos días Netflix al completo) es el nuevo cara a cara de este actor con la parca. “Con cada respiración, con cada paso, me adentro más en la oscuridad y hacia la muerte. Si tengo un superpoder, es la rabia que llevo dentro. Soy alguien capaz de mirar a la muerte a los ojos sin parpadear”, resume el intérprete a los medios de comunicación en un reciente encuentro.
Habla de su personaje, el nuevo superhéroe de la cantera Marvel que llega a la televisión con serie propia. Un autoproclamado vigilante dispuesto a matar no solo para hacer el bien sino buscando a aquellos que le arrebataron a su familia. Como personaje, The Punisher cobró vida hace un año como uno de los habitantes del universo de Daredevil en su segunda temporada.
Pero ahora Bernthal ha encontrado su propio hogar. “Me siento agradecido por la oportunidad que me dieron en Daredevil para contar los orígenes de The Punisher”, dice el actor. Un estreno que llega después de que su fecha de emisión fuera retrasada en Estados Unidos (y, por tanto, en el resto del mundo) en respeto a las víctimas de la masacre que tuvo lugar hace un mes en Las Vegas.
Las diferencias entre Bernthal y Frank Castle son muchas, pero el actor prefiere fijarse en las similitudes, ambos padres, esposos y conocedores de lo que es el amor. Y en el caso de Castle, también de lo que significa perder todo aquello que amas. “Un personaje que es mucho más que un superhéroe y por eso conecta con una audiencia más amplia. Junto con los aficionados al cómic hay que sumar a aquellos que han pasado por el ejército o son policías”, detalla. Donde se tuvo que poner las pilas fue en lo físico, porque no es lo mismo matar zombis que ir de vengador letal por la vida. “No me perdí ni un día de entrenamiento. Pude disfrutar de grandes carreras en solitario para encontrarme con Frank”, bromea sobre su preparación física.