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El Congreso Nacional (CN) aún no turna a la Comisión de Salud las tres iniciativas presentadas por los diputados para derogar el uso obligatorio de la mascarilla por la pandemia del COVID-19, que en los últimos meses ha tenido una notable disminución.
En 2020, el CN aprobó el decreto 58-2020 enviado por el Poder Ejecutivo en el marco de la emergencia nacional por la pandemia del COVID-19, el cual establece el uso obligatorio en cualquier establecimiento público o privado de la mascarilla y contempla hasta penalizaciones por su incumplimiento.
En ese sentido, en la secretaría del CN se encuentran engavetados varios proyectos que buscan la derogación del decreto 58-2020 que da vida a la prohibición, a fin de establecer como opcional su uso en espacios abiertos.
“Hay varias iniciativas de varios compañeros de diferentes partidos para que se pueda eliminar el uso obligatorio de la mascarilla, sin embargo, todavía no han sido turnados a la Comisión de Salud, nosotros como miembros de la comisión y médicos tenemos muy claras las ideas”, explicó la diputada nacionalista, Johana Bermúdez.
Añadió que, “en ese marco del descenso extraordinario de pacientes consideramos que en los lugares abiertos se debe ir quitando la obligatoriedad del uso de mascarillas y solamente conservarla en lugares cerrados”.
Por su parte, el vicepresidente del Colegio Médico de Honduras (CMH), Samuel Santos, expresó que “ya no se usa de manera fáctica, la población ya no la usa, creemos que es algo sin sentido estar discutiendo esas cosas”.
Además, el titular de Salud, José Matheu, envió una petición oficial al Congreso para que derogue la iniciativa ante los considerables descensos de los casos de COVID-19 y la vacunación de la población.
La mascarilla o cubre boca es una de las medidas que el país centroamericano implementó para contrarrestar los contagios de COVID-19, enfermedad que dejó alrededor de 11 mil muertes en Honduras y más de 450 mil contagios.
Para el gremio médico, todavía no es tiempo de suspender el uso obligatorio de la mascarilla, porque podrían surgir rebrotes de la enfermedad, y quienes se enfermen de influenza, son vulnerables al mortal virus.
A pesar de que no hay muchas hospitalizaciones, eso no significa que el coronavirus no esté circulando y aún hay casos de pacientes graves y algunos incluso pierden la vida.
