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En la cocina, no solo los huevos de gallina se utilizan, ya que una gran opción exquisita y nutricional son los huevecillos de codorniz. Tener estas pequeñas aves de corral se ha convertido en una ventaja en la actualidad, porque el precio de los huevos de gallina está “por las nubes”.
Hoy por hoy, comerse dos huevos de gallina es un lujo que el pobre ya no se puede dar, sin embargo, los huevos de codorniz están al alcance de todos y además, son más ricos en minerales como el calcio, fósforo y zinc. Debido a su contenido de hierro y ácido fólico, ayudan a combatir la anemia, a la vez que aportan vitamina B12 que ayuda en la formación de glóbulos rojos.
La crianza de estas pequeñas aves es sencilla y barata, puesto que se mantienen en pequeños espacios del patio de la casa, según cuenta Julián Sosa.
Con este alimento, Sosa prepara licuados nutricionales con leche de cabra y miel, y según dice, sus pequeñas aves le generan hasta 20 huevos diarios.
El paraiseño explica que “esta crianza de codorniz es una gran opción para la gente que tiene poco espacio y que tal vez no sabe mucho de manejo de animales”.
Detalla que “esta es codorniz japonesa, tiene un tiempo de vida largo, de más de dos años poniendo huevos, su ciclo de poner huevos empieza a los 45 días y este huevo es alto en proteínas y hasta es hipoalergénico”.
Sosa manifiesta que “personas que tienen azúcar o heridas, que el doctor le dice que no coma huevos, pues estos huevos sí los puede comer”.
Con una de las aves en mano, expresa que “en una jaula de un metro puede tener hasta 20 codornices, el alimento es concentrado que en cualquier agrocomercial encuentra, mire que una libra o media libra es lo que pueden comer en un día”.
