Honduras está en un proceso de concentración de poder, autoritarismo y de control del Estado, afirma Julieta Castellanos

Honduras está entrando en un proceso de concentración de poder con familiares de funcionarios ostentando cargos importantes, advirtió este martes la exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos.

“Honduras está en un proceso de concentración de poder con otras características que es tener de empleado en los cargos importantes a toda la familia y hacer las cosas como ellos quieren”, declaró la exrectora de la UNAH.

Castellanos comentó que las señales de concentración de poder, autoritarismo y de control del Estado se vislumbraban cuando el Partido Libertad y Refundación (Libre) ganó la presidencia, y se están reflejando actualmente.

Estas prácticas, según la exrectora, indican que no hay un fortalecimiento de la democracia o construcción de derechos, sino que se está ante el fortalecimiento de la autocracia.

Analizando la situación política del país, Castellanos observó un desgaste rápido de los partidos políticos entre la población, que ha manifestado su descontento por el desempleo, la falta de medicamentos y otros temas.

Sobre la postura del gobierno de Honduras en torno a las elecciones de Venezuela, Castellanos refirió que genera descontento en la ciudadanía hondureña y podría influir en su decisión al momento de ejercer el sufragio el próximo año.

Consideró sorprendente que miembros del Partido Libre aplaudan los resultados brindados por las autoridades electorales de Venezuela, lo que a su juicio, demuestra una doble moral política y una falta de ética.

En otro tema, Castellanos predijo que si el gobierno concreta la construcción de una cárcel en las Islas del Cisne, se convertirá en el peor legado de la administración de Xiomara Castro.

“El peor legado de este gobierno va a ser esa cárcel en la Isla del Cisne, será la razón por la que será recordada toda la vida a ella, su ministro de Ambiente, que no se está comportando como un ministro, sino como un militante”, aseveró.

Castellanos argumentó que las autoridades penitenciarias no pueden controlar una cárcel que está a 40 kilómetros de la capital hondureña, mucho menos una que está en una zona lejana.