Recibe actualizaciones en tiempo real directamente en tu dispositivo, suscríbete ahora.
El recuento de los cadáveres del vuelo de las líneas aéreas de Malasia que se estrelló el jueves en la región ucrania de Donetsk avanza a buen ritmo y la lista de pasajeros está casi completa. Según el último cálculo, los holandeses fallecidos son 189 .
En el avión había también nacionales de Malasia (44), Australia (27), Indonesia (12), Reino Unido (9), Alemania (4), Bélgica (4), Filipinas (3), Canadá (1) y Nueva Zelanda (1) y falta por identificar la nacionalidad de cuatro víctimas más. De momento, Malaysia Airlines ha enviado un equipo de 62 investigadores a Ucrania. “Su seguridad debe ser garantizada por todas las partes en conflicto”, ha advertido el Ministerio malasio de Transportes.
Con Holanda en duelo y las banderas a media asta en los edificios oficiales, el Gobierno de centro izquierda ha pedido que se abra una investigación internacional. “Holanda debe formar parte del equipo que debe esclarecer cuanto antes lo ocurrido”. “Las familias tienen derecho a saber quién está detrás de esto”, ha dicho el primer ministro, Mark Rutte.
Varios centenares de parientes de las víctimas han sido acogidos en un hotel del aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol a la espera de poder volar al lugar del siniestro. Malaysia Airlines ha prometido que les llevaría, pero sólo podrá hacerlo una vez cerradas las pruebas y cuando el terreno, cercano a la frontera rusa, haya sido estudiado por expertos en catástrofes aéreas y forenses.
En medio del silencio de los familiares, confortados por psicólogos, una pareja que escapó al desastre por un error administrativo no hace más que llorar. Se trata de Nour Azaani y su marido, Barry Sim. Tienen una hija de tres meses, y la agencia de viajes había puesto a la madre y el bebé en el avión siniestrado. Al final decidieron volar todos por la noche, y se enteraron de la tragedia camino del aeropuerto.