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Tegucigalpa, Honduras.
El ataque de serpientes a niños y niñas de enero a mayo de 2014 provoca que al menos 17 infantes hayan sido atendidos en el Materno Infantil , tras la peligrosa mordedura del reptil que tras clavar sus colmillos inyecta el veneno.
De los menores mordidos, 15 han respondido con éxito al tratamiento intravenoso de suero antiofídico, sin embargo a uno se le amputo una de sus piernas y a otro, un brazo, debido a que la destrucción de los tejidos de la piel, músculos y huesos era tan severa que sólo sacrificando esas extremidades podían salvárseles la vida.
El doctor Carlos Godoy, pediatra del centro hospitalario detalló que de “las 15 serpientes venenosas en nuestro país, las más peligrosas son la Barba Amarilla y Tamagás, de estos son pacientes con lesiones de esas víboras las que más recibimos”.
El especialista en menores explicó que “el veneno que afecta prácticamente todos los órganos, desde el sistema nervioso central, el corazón, la sangre, la coagulación, el riñón dando insuficiencia y el hígado”.
Con preocupación el galeno dijo desconocer las razones por las que la Secretaría de Salud desde el año pasado no adquiere el suero antiofídico que sirve para neutralizar la acción del veneno ya que el tratamiento falta en todos los hospitales nacionales.