Recibe actualizaciones en tiempo real directamente en tu dispositivo, suscríbete ahora.
Un 30 por ciento aumentará el consumo de combustible en Semana Santa, según proyecciones estimadas por el director general de Hidrocarburos y Biocombustibles de la Secretaría de Energía, Carlos Posas.
“Las proyecciones es que va haber un incremento en el consumo producto de los desplazamientos en el país debido al feriado en dónde muchos hondureños aprovechan a movilizarse a sus lugares de origen”, comenzó diciendo.
El funcionario apuntó en ese sentido que el consumo incrementado “estimamos puede ser en más de un 30 por ciento del consumo normal en combustibles líquidos”, expresó.
Posas mencionó que a la semana Honduras registra un consumo de entre diez y 11 millones de galones de gasolina y diésel. Por lo que, se estima que fácilmente en las vacaciones de verano, en la Semana Mayor, pueda haber un aumento de galones a 14 millones.
“El diésel es el que casi siempre tiene un consumo considerable producto de que es el que mueve el transporte de pasajeros y cargas, así como a la industria”, apuntó.
En cuanto al precio de los carburantes el representante del ramo agregó que el mercado continúa inestable y probablemente haya un pequeño incremento a las gasolinas la próxima semana. De esa manera aclaró que la tendencia acumulada es la que se ve reflejada en las estructuras de los combustibles cada viernes.
Las compras hondureñas de 2.1 millones de barriles de combustibles sumaron 221.1 millones de dólares en enero, un 55.3% más que en el mismo mes del 2022, debido a la volatilidad del precio del petróleo en el mercado internacional, informó el Banco Central de Honduras (BCH).
En enero del 2023 el precio promedio del petróleo crudo continuó mostrando “volatilidad en el mercado internacional” debido a la perspectiva de mayor demanda global de carburantes por el levantamiento de las restricciones de movilidad relacionadas con la COVID-19 en China, señaló el BCH.
Sin embargo, agregó, el endurecimiento de las condiciones monetarias a nivel mundial y las expectativas de una posible recesión económica global generan “presiones a la baja” en el precio del petróleo, lo que contribuye que el valor de los carburantes se mantenga oscilante.
