Expedición brasileña regresa a fortalecer confianza con grupo indígena en la Amazonía
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Una nueva expedición brasileña vuelve a las profundidades de la Amazonía para fortalecer la confianza con el grupo indígena que fue contactado el pasado mes de marzo.
«Se va a dialogar con ellos, hacer análisis clínicos, vacunar, ver si tienen algún problema de salud, cómo han pasado estos días, qué están pensando para el futuro, cómo quieren construir su relación con los demás pueblos indígenas que viven en la región», explica a RT Bruno Pereira, coordinador de la primera expedición liderada por la Fundación Nacional del Indio (Funai).
En marzo, una peligrosa expedición, la mayor enviada en los últimos 20 años al Amazonas, desarrolló con éxito el contacto con indígenas Korubo, en aislamiento voluntario, y que corrían peligro ante un posible enfrentamiento con sus vecinos Matis.
Ahora, un equipo compuesto por miembros de la Funai, indígenas y profesionales de la salud visitará en los próximos días a los Korubo, que se encuentran en el río Igarapé, en la Tierra Indígena Valle de Javari, una zona situada en el extremo oeste del Amazonas y fronteriza con Perú.
«La primera vez que nos encontramos con ellos decidimos en común acuerdo que les haríamos una visita unas semanas después. Esa visita va a ocurrir ahora», comenta Pereira, quien destaca que «es un momento para establecer confianza«.
Se trata –dice– de un proceso de diálogo intercultural, interétnico y gradual en el que hace falta estar tranquilo y entender cómo se va a construir una relación armoniosa.
«Es fundamental que el equipo vaya con todos los protocolos de seguridad y de salud, para que no se desarrolle una situación de conflicto o de no entendimiento entre las partes que van a dialogar», destaca.
Para Pereira, también es «esencial» respetar el tiempo que necesitan los Korubo para tomar sus decisiones, que «es diferente al que tiene nuestra sociedad».
Primera expedición
El principal objetivo de la primera expedición fue mitigar la tensión entre los Korubo y Matis. En 2014, los Korubo se aproximaron a las aldeas de los Matis, y estalló un conflicto que se saldó con dos muertos. Los Matis, habitantes tradicionales de esta zona, se sentían amenazados por la presencia de los Korubo en áreas próximas a sus hogares.
Pero, además, la expedición tenía otro cometido: juntar con sus familiares a un grupo Korubo, que rompió de forma forzada su aislamiento en 2015, cuando atravesando un río, cercano a las aldeas de sus vecinos, fueron abordados por los Matis.
Desde entonces, este grupo –que formó parte de la expedición– separado de sus familiares no contactados deseaba volver a encontrarse con ellos y avisarles del riesgo que corrían con los Matis. El encuentro con sus parientes, que los daban por fallecidos, estuvo rodeado de emoción y muestras de afecto.